Las empresas tecnológicas llevan tiempo poniéndonos las cosas cada vez más difíciles a la hora de reparar nuestros dispositivos. Mejor no tocarlos, y si había que hacerlo, mejor llevarlos a servicios técnicos oficiales controlados, claro está, por dichas empresas.
Apple ha sido una de las que más ha pujado por ese control de las reparaciones, pero la presión del movimiento "right to repair" (derecho a reparar) parece haber surtido efecto, y la empresa comenzará a enviar manuales y piezas a tiendas independientes para que puedan efectuar esas reparaciones en Estados Unidos con una futura expansión a otros países.
En el comunicado oficial de Apple se indica cómo "para responder mejor a las necesidades de nuestros clientes, vamos a facilitar que los proveedores independientes de todo Estados Unidos accedan a los mismos recursos que nuestra red de Proveedores de Servicio Autorizados Apple?, indicó Jeff Williams, jefe de operaciones de Apple.
Este directivo añadía además que ?cuando necesita una reparación, el cliente debe poder confiar en que se realiza correctamente. Creemos que la reparación más segura y fiable es la realizada por un técnico formado utilizando piezas auténticas debidamente fabricadas y sometidas a pruebas rigurosas.?
Para poder sumarse a este programa las tiendas y servicios técnicos que lo deseen tendrán que solicitar aquí su ingresos gratuitamente, aunque es necesario que los técnicos estén certificados. Una certificación que conlleva un proceso gratuito, según Apple.
Una vez lo hagan tendrán acceso a los mismos componentes, herramientas, manuales y recursos de los que disponen los técnicos oficiales de Apple. El programa se ha lanzado tras una prueba piloto con 20 empresas en Norteamérica, Asia y Europa.
La decisión es singular pero seguramente sea muy bien recibida por usuarios y profesionales independientes de este segmento. Los últimos problemas por los que está pasando Apple -sobre todo con los teclados de sus MacBook, pero también con sus iPhone- podrían tener ahora mejores opciones a la hora de resolverse satisfactoriamente y en un tiempo más reducido.
Esta es sin duda una pequeña victoria para quienes defienden ese derecho a reparar que en los últimos tiempos estaba siendo objeto de debate por la obsesión con la que las grandes empresas fuerzan a sus clientes a que reparen sus dispositivos en servicios técnicos oficiales y no intenten repararlos ellos. Hay afortunadamente honrosas excepciones, pero son las menos.
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