Ayer, el PSOE presentaba su 'Propuesta abierta para un programa común progresista' con la idea de que se convirtiera en el armazón del programa de gobierno del futuro ejecutivo español. En él, había muchas propuestas, pero una de ellas llamó especialmente la atención: se recuperó "la prohibición" de la venta de turismos y vehículos comerciales de gasolina, diésel y gas para 2040.
Sin embargo, unas pocas horas después, el mismo PSOE echó marcha atrás y eliminó todo rastro de la prohibición del documento. Y claro, la sorpresa aumentó aún más. Sobre todo, porque no es la primera vez que el Gobierno se corrige a sí mismo en el tema de los coches de combustión. ¿Qué está pasando con todo esto?
Dejà vu: Como digo, no es la primera vez que pasa esto. La 'Propuesta' recuperaba una prohibición que ya había propuesto el gobierno en noviembre de 2018 como parte de la nueva legislación sobre cambio climático y transición energética.
¿Qué pasó? Las quejas del sector automovilístico, por un lado, y el dudoso encaje en la legislación europea, por otro, hicieron que el Ministerio de Transición Ecológica dejara de usarlo. La "prohibición" se transformó en el compromiso de que en 2040 todos los vehículos que se vendieran fuera de cero emisiones.
A nivel práctico, quiere ser un compromiso muy similar, pero que permitía esquivar lo que es sin duda convertirse en un callejón sin salida legal. Un callejón que muchos países europeos están intentando sortear ahora mismo.
¿Contra la legislación europea? Efectivamente. Hace unos meses, el Parlamento danés preguntó a la Comisión europea las condiciones en las que podría ser compatible la introducción de un veto a la comercialización de coches de combustión y la actual legislación comunitaria.
La respuesta, en boca de Elzbieta Bienkowska, comisaria europea de Industria y Mercado Interior, es que** una prohibición completa** de la matriculación de vehículos nuevos con motores de gasolina y diésel "no es compatible" con la legislación comunitaria. Según la comisaria, los Estados miembros podrían restringir el acceso de este tipo de vehículos a los centros de las ciudades, pero no podrían prohibir la venta de los mismos.
Vuelve el compromiso de prohibición (por unas horas). La respuesta de la Comisión a Dinamarca ocurrió hace menos de una semana: por ello, la reaparición de la "prohibición" entre las propuestas del PSOE sorprendió tanto. Pero duró poco.
Antes de que acabara el día, el Partido Socialista ya había eliminado el término "prohibición" del artículo 256 del documento de marras y devolvía todo lo relacionado con la transición energética del transporte a la incertidumbre en que vive durante los últimos años. Y no solo en España, sino en toda la Unión.
La modificación Donde el documento decía "Prohibiremos a partir de 2040 la venta en España de turismos y vehículos comerciales ligeros con emisiones directas de dióxido de carbono, excluidos los matriculados como vehículos históricos, siempre que se destinen a usos no comerciales" ahora se puede leer:
En desarrollo de la estrategia de descarbonización a 2050, adoptaremos las medidas necesarias, de acuerdo con la normativa europea, para que los turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos, excluidos los matriculados como vehículos históricos, no destinados a usos comerciales, reduzcan paulatinamente sus emisiones, de modo que no más tarde del año 2040 sean vehículos con emisiones de 0gCO2/km. A tal efecto, se trabajará con el sector y se pondrán en marcha medidas que faciliten la penetración de estos vehículos, que incluirán medidas de apoyo a la I+D+i
¿Y ahora qué? Eso es lo que se pregunta buena parte del continente. España no está sola en esto y países como Francia, Reino Unido, Países Bajos o Irlanda también han anunciado prohibiciones similares aunque la comisión ya ha avisado que, por esa vía legal, no podrán llevarse a cabo.
Da la sensación de que el único paso realmente útil, como señaló la misma comisaria Bienkowska, es encarar este debate a nivel europeo que nos lleve a una solución comunitaria y nos evite los continuos cambios de criterio que llevamos sufriendo años en el mundo de los coches de combustión. Se espera que la próxima Comisión, que empezará a trabajar en breve, se ponga manos a la obra.
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