Sundar Pichai, CEO de Google, anunciaba este viernes la puesta en marcha de una gran inversión de 3.000 millones de euros en los dos próximos años. El objetivo, expandir sus centros de datos en Europa.
Ese esfuerzo se combinará con el refuerzo de su apuesta por energías renovables: la mitad de los 1.600 megavatios que Google compró recientemente estarán destinados a sus centros de datos europeos.
Pichai explicaba en el anuncio oficial cómo Google invertirá 600 millones de euros adicionales el año que viene en su centro de datos en Hamina, Finlandia, lo que hará que la inversión total en dicho centro sea de 2.000 millones de euros.
Para Pichai "nuestro centro de datos en Hamina es un importante motor del crecimiento y de las oportunidades. También sirve como modelo de sostenibilidad y eficiencia energética para todos nuestros centros de datos".
Los centros de datos de Google son críticos a la hora de ofrecer su amplio catálogo de servicios web, y esa inversión permitirá teóricamente mejorar esa infraestructura y tener más margen de maniobra para que los usuarios de servicios de Google en Europa accedan a dichas plataformas de forma más rápida y eficiente.
Estas instalaciones son no obstante grandes consumidoras de energía, lo que hace importante la segunda parte del anuncio de Google. La puesta en marcha de 10 proyectos de energía renovable hará que Google cree infraestructura por valor de cerca de 1.000 millones de euros en la Unión Europea, afirmó Pichai.
La reciente compra de energía renovable que el propio Pichai anunciaba ayer -1.600 MW- permitirá "incrementar nuestro portfolio global de acuerdos en energía solar y eólica en más de un 40% a 5.500 MW, equivalentes a la capacidad de un millón de tejados solares".
Este esfuerzo forma parte del objetivo de Google de lograr cero emisiones en 2030, una tendencia que otras grandes tecnológicas también están persiguiendo. Amazon lo hacía ayer por ejemplo con el anuncio de la compra de una flota de 100.000 vehículos eléctricos.
El anuncio se produce con Google y otras grandes de la tecnología envueltas en una serie de investigaciones por parte de la Unión Europea y de países como Francia, que llegó a un acuerdo reciente con la empresa para que ésta pagara 965 millones de euros en impuestos impagados. La empresa ha tratado de tomar medidas para evitar futuras sanciones ante unas acusaciones de prácticas anticompetitivas que les salieron muy caras hace un año.
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