Tras pasar unas horas con Apple Arcade, que llega oficialmente hoy a los dispositivos con iOS 13, quedan algo más claras la intenciones de la empresa con el lanzamiento de esta miniplataforma, que no es desde luego competir con los grandes sistemas de distribución de juegos que tienen algunas de sus rivales. Es decir, Apple no ha querido construir un Xbox Live Gold o un Steam para sus propios juegos, sino una plataforma de títulos supervisados y específicos para sus dispositivos.
Esas parecen ser las dos características más claras de Apple Arcade: los juegos están pensados para ser ejecutados en todos los dispositivos que soporten iOS 13 y macOS Catalina en el caso de los ordenadores portátiles y de sobremesa (algo que llegará a finales de septiembre). Por otra parte, todos los juegos han pasado, por así decirlo, por un filtro de calidad y cumplen unos mínimos técnicos y jugables, en busca más de la calidad que de la cantidad. Después de haber probado la mayoría de los juegos de la plataforma, con las obvias divergencias de gusto que puede presentar cada usuario, es evidente que ese objetivo se ha cumplido.
Ahora entraremos en la cuestión de la calidad de los juegos, pero antes conviene aclarar un par de cuestiones acerca de la plataforma en sí. Bajo un precio muy competitivo (4,99 euros al mes) y con un diseño muy similar a la App Store, como no podia ser de otro modo, Apple Arcade se presenta sencillamente como un apartado mas de la Store. Una vez dentro se podrá acceder a categorías, clasificaciones, pequeños artículos recomendando juegos destacados y listados completos.
Los juegos se descargan en su integridad en el dispositivo, lo que quizás supone el mayor inconveniente de la propuesta: el jugador estará condicionado por el espacio libre del que disponga su móvil. Por lo demás, pocos misterios: hay cross-play que permite continuar partidas en distintos dispositivos, lo que subraya el espíritu móvil del invento. Y todos los juegos (alrededor de cincuenta, con la promesa de llegar a un centenar en los próximos meses, con adiciones semanales al catálogo) están libres de compras in-game o cualquier forma de monetización.
Finalmente, los juegos en sí: pese a la variedad de estilos y géneros, todos tienen algunas notas en común, en muchos casos las esperables. Orientación para todos los públicos, nada de contenidos solo para adultos; sencillez de manejo y concepto, aunque alguno arriesga con los controles y la complejidad argumental; y diseño que favorece las partidas rápidas y que no exigen una inversión de tiempo excesiva. Esto último tiene matices: no todos son los juegos típicos de móvil para matar tiempo en el metro. Veamos algunos ejemplos.
De los creadores de 'Monument Valley', un juego en una onda distinta pero que coincide en la exquisitez de diseño y la originalidad de su mecánica. Encarnamos a una mujer experta en mecánica que en sus días de vacaciones decide aceptar encargos para reparar objetos. De una consola portátil a un radiocassette, nuestra tarea será desmontar, arreglar y remontar distintos cachivaches, en un juego sencillo y breve que demuestra que, cuando está bañado en amor, trabajar también puede ser un gustazo.
¿Nuestro favorito del lote? Podría ser, podría ser: un 'Dark Souls' al que el adjetivo lo-fi se le queda grande, lo que no le impide tener unas mecánicas extremadamente precisas y ajustadas. Todo se reduce a depurar el timing para enhebrar sangrientas coreografías contra deliciosos monstruos pixelados. Su estética de diorama de 8 bits le da un encanto muy especial, uno que parece transmitir el mensaje de "eh, es solo un juego, pero prepárate a dejar horas aquí".
¿Crees que alguna vez nos cansaremos de los juegos estilo 'Qwop'? Nosotros no, y menos si vienen revestidos de puro delirio argumental: una historia del cricket a través de su relación con la raza humana. Primero tendrás que abrirte paso por las tronchantes físicas del juego en demenciales partidos de tan redicho deporte, para pasar a otras competiciones y, luego, triunfar en todo tipo de actividades bélicas, de caza y un largo etcétera. Perfecto para jugar dos personas en el mismo dispositivo.
Capy Games, los responsables del inolvidable 'Sword & Sworcery', proponen aquí un puzle cuya mecánica familiar no debe despistarte: su profundidad es muy notable, con un bárbaro que debe abrirse paso eviscerando grupos de pequeños monstruos según sus colores. El torrente de evoluciones en el desarrollo lo mantiene fresco durante decenas de partidas y la estética de juego flash de Adult Swim le da un encanto especial.
Lo más asombroso de este trepidante e hiperestilizado título, pura estética de neón vectorial, es que viene de los suecos Simogo, que hace no mucho nos brindaron una de las pesadillas indie-folk más aterradoras que se recuerdan: 'Year Walk'. Esta vez han optado por el frenesí juvenil con un juego de acción y reflejos, a veces plataformero, a veces sucesión de carreras infinitas, que cuenta una historia de amor desnortado estilo anime postmoderno y que tiene la banda sonora más febril y contagiosa de la plataforma, evocando a 'REZ' y otras maravillas del estilo.
Decíamos que hay juegos en Apple Arcade que van algo más allá del mero entretenimiento rápido para cinco minutos tontos. No solo por su duración (el estupendo 'Shinsekai - Into the Dephts', de Capcom, por ejemplo, que es el equivalente en estos ámbitos a un Triple A, es bastante extenso), sino por lo que exigen al jugador: un estado de ánimo más relajado y contemplativo. Es el caso de la colorista aventura para todos los públicos 'Sasquatch', y también de este 'Where Cards fall', una historia de exploración y puzles con un emotivo vistazo a las cuitas adolescentes.
La lista sigue, y hemos probado muchos otros juegos muy notables: el trepidante FPS basado en el juego infantil 'Hot Lava'; el juego de lucha 'Punch Planet', algo monótono, pero brillante en lo visual; puzles originales y cautivadores como el relajante 'Tint' y su mezclar acuarelas, o la estilizadísima virguería de manipulación de perspectivas 'Spek'; o la recopilación de minijuegos deportivos 'Bigtime Sports', con sus gráficos salidos de un cuadro de Botero.
En conjunto, una apuesta interesantísima de Apple a un precio muy competitivo y que promete brindar algunos de los pequeños juegos más grandes del año.
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