La Agencia del Ciberespacio de China, el principal organismo regulador de Internet del gigante asiático, quiere que los algoritmos de recomendación ayuden a promover los "valores sociales mayoritarios" dirigiendo a los usuarios de webs, redes sociales, juegos y apps hacia material compatible dichos valores.
Este objetivo se recoge en el borrador de una normativa "de gestión del ecosistema digital" que la agencia ha dado a conocer recientemente con el fin de recoger propuestas a lo largo del próximo mes; el procedimiento legal probablemente permita que estas regulaciones entren en vigor de aquí a un año.
Desde que Xi Jinping llegó al poder, el Partido Comunista Chino intensificó sus esfuerzos para "limpiar" la Red de contenido "perjudicial", llegando a cerrar cuentas y servidores, y a imponer fuertes multas a los operadores. Llevar ahora dicha misión hasta los mismos algoritmos basados en inteligencia artificial no hace sino confirmar que el Partido Comunista está decidido a reforzar su capacidad de influencia ideológica.
Pero, ¿a qué se refiere éste cuando habla de esos "valores sociales predominantes" que deberán privilegiar los algoritmos de recomendación?
Pues, según el South China Morning Post, eso incluye tanto "las políticas del Partido" como "los valores esenciales del socialismo", enfocados en mostrar y promover "el desarrollo socioeconómico y la estabilidad del país", así como la propia cultura china.
Así, cualquier material que socave la seguridad y los intereses de la nación o promueva "estilos de vida extravagantes" (una categoría que incluye cosas como el exceso de tatuajes), los contenidos "sexualmente sugestivos", los "alardes de riqueza" y "los chismes y escándalos" entrarían directamente en la lista de contenidos prohibidos.
Como tantas otras cosas que ocurren en China, este proyecto es la consecuencia de un 'clima de opinión' previamente iniciado desde medios y organismos públicos: el año pasado, el periódico oficial del Partido Comunista Chino publicó un artículo criticando el fracaso de las plataformas de Internet a la hora de evitar la difusión de "información falsa y contenido vulgar".
Esto puede sorprender cuando se sabe que, en algunos casos, la mitad de la plantilla de estas empresas puede estar dedicada a labores relacionadas con la censura (Inke, una de las principales plataformas de streaming de vídeo de China, tiene 1200 personas dedicadas a la moderación de contenidos, lo que representa el 60% de su plantilla).
Pero el artículo cargaba de forma específica contra los algoritmos de recomendación, que estarían demasiado centrados en tener en cuenta los hábitos e intereses de los usuarios individuales en lugar de en promover contenido de calidad:
"Cada línea de código, cada interfaz de usuario, representa una elección, indica una apuesta por determinados valores.
La tecnología no puede ser una excusa para evadir la responsabilidad mientras clama ser neutral, sino que debe convertirse en una puerta de entrada al pensamiento inspirador, promover la sabiduría y difundir los valores predominantes".
Vía | South China Morning Post
Imagen | Partido Comunista Chino
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