Pocos portátiles habían llamado tanto la atención durante una prueba como el nuevo HP Elite DragonFly, ultrabook premium que ya ha pasado por la mesa de pruebas de Xataka.
El sector de los ultrabooks premium tiene un público preferencial: el profesional en movilidad. El HP DragonFly es un modelo de portátil ligero, potente y sobre todo con un diseño y acabado que está a años luz de los clásicos portátiles para trabajar. Y cuida también la autonomía, algo esencial para trabajar en movilidad.
HP Elite Dragonfly | |
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Pantalla | 13,3" táctil IPS 1080p |
Dimensiones | 30,43 x 19,75 x 1,61 cm |
Peso | 0,9 kg |
RAM | Hasta 16 GB |
Procesador | Intel Core i5 y Core i7 de 8ª generación |
Almacenamiento | 256 / 512 GB SSD 32 GB Intel Optane |
Batería | 38/52 Wh |
Sistema operativo | Windows 10 pro |
Webcam | 720p |
Otros | 2 Thunderbolt con USB-C, 1 USB 3.1, HDMI, jack, conexión 4G y lector de huellas. |
Precio |
HP Elite Dragonfly - Portátil de 13.3" FHD (8a generación de procesadores Intel Core i5, 16 GB RAM, SSD de 256 GB, Intel UHD Graphics 620, Windows 10 Pro 64) Negro
HP tiene seguramente la saga de ultrabooks con mejores diseños del mercado. La mayoría de ellos aúnan gran apariencia con robustez y muy poco peso y dimensiones. Este nuevo HP Elite Dragonfly es uno de sus mejores logros en todos esos aspectos.
El HP Dragonfly es un ultrabook muy delgado, ligero (la carcasa es de aleación de magnesio y de una sola pieza) y con un acabado exquisito y excelentemente rematado. Gama premium sin duda alguna pero con estándares militares certificados. El modelo que hemos analizado es de color "azul libélula" y lo tenemos representado en todos los elementos de la carcasa, incluido el teclado.
Los buenos detalles a nivel de acabado hacen que el equipo parezca siempre impoluto, algo que con acabados premium no suele ser habitual. El tratamiento de la carcasa de este HP Dragonfly es fantástico y ni huellas ni suciedad se aprecian en ninguna parte de su superficie, ni externa ni interna. La única excepción está en el touchpad.
Más allá del diseño, el gran logro del HP DragonFly está en sus dimensiones y peso. Es un modelo con diagonal de 13.3 pulgadas que pesa menos de 1 kg y tiene unas dimensiones de 30,43 x 19,75 x 1,61 cm. Pero como veremos más adelante, ni teclado ni conectividad ni touchpad se ven afectados en negativo por este gran ejercicio de compactación.
Otro ejemplo: pese a que es un equipo pequeño, HP ha encontrado sitio para colocar dos altavoces laterales que abarcan toda la anchura del teclado. Se trata de un sistema de 4 altavoces estéreo con la firma de Bang & Olufsen.
Ese esfuerzo por el sonido se ve correspondido dentro de los límites físicos de la carcasa. El sonido es correcto, suficientemente potente y nítido, pero no comparable a modelos que cuentan con más espacio físico para el desarrollo del sonido.
Se agradece el toque de B&O a nivel de software, permitiendo más control que el que nos viene marcado por defecto bajo Windows, especialmente interesante en lo que atañe a la reducción de ruido cuando realizamos videollamadas.
El HP Dragonfly ha sido configurado como un ultrabook convertible. Las bisagras, muy robustas, permiten de manera sencilla abatir 360 grados la pantalla, de manera que, gracias a su pantalla táctil y el soporte para un lápiz táctil bluetooth (y recargable vía USB-C), este equipo puede hacer las veces de tablet de una manera muy solvente, sobre todo por su poco peso.
Lo que era imposible de conseguir en el diseño tan delgado de este ultrabook de HP es un lugar para mantener a buen recaudo el stylus, algo a tener en cuenta.
En el diseño hay que destacar también la tapa deslizante para la webcam, detalle que se agradece mucho por su simplicidad al tiempo que efectividad. Nada de experimentos raros ni extravagantes.
Sin salidas de refrigeración en los laterales, el HP Elite Dragonfly gestiona de manera muy eficiente y práctica sus posibilidades a nivel de conectividad física. Y no ayuda el escaso grosor de 16 mm de los laterales.
En el lado derecho contamos con un puerto HDMI 1.4 de tamaño estándar, la salida/entrada de auriculares y los dos puertos USB-C (Thunderbolt), los cuales permiten ambos la carga del dispositivo.
El otro lateral queda ya para el conector de seguridad Kensignton, un puerto USB-A 3.1 Gen1 y el botón de encendido. Hay también sitio para una ranura para conectividad de datos, pero solo es accesible en los modelos que añaden dicha conectividad.
La conectividad inalámbrica está protagonizada por Wifi 6 (2x2) y Bluetooth 5.
El HP Elite Dragonfly es un ultrabook que ofrece una pantalla con diagonal de 13.3 pulgadas y resolución FullHD, con una proporción de más del 85% pantalla-cuerpo.
El panel es IPS, ofrece una reproducción del color del 72% NTSC y de 117% del espacio sRGB, y su brillo alcanza los 400 nits, una cifra bastante alta que nos permite una visualización correcta en exteriores y bajo todo tipo de circunstancias. Eso sí, sin acabado mate, hay que tener precaución con los reflejos.
El modelo que hemos probado tiene capacidad multitáctil de hasta 10 puntos, lo que en estos equipos compactos nunca está de más para poder interaccionar directamente con el sistema operativo usando la pantalla.
El HP Elite DragonFly analizado es la versión que viene con procesador Core i5-8265U a 1.6 GHz y memoria RAM DDR3 de 16 GB. Para un modelo que llega al mercado en 2020 esperábamos una generación más avanzada de ambos componentes. Existe un modelo con Core i7 pero también de octava generación.
Si nos ceñimos al rendimiento, este procesador cumple con el objetivo principal de este equipo, y podemos navegar con múltiples pestañas, trabajar con programas ofimáticos o reproducir contenido multimedia sin pega ni retraso alguno en la fluidez. Las cifras de benchmarks quedan como sigue.
En Cinebench R20, este HP DragonFly consiguió superar los 1000 puntos, mientras que en las pruebas más centradas en el aparado gráfico, obtuvimos 3854 en PCMark 8 Creative y en 3DMark, 5055 y 1078 en las pruebas Night Ride y FireStrike respectivamente.
Para la unidad principal de almacenamiento, este HP Elite ha escogido un disco SSD PCIe NVMe de 512 GB junto con una unidad Intel Optane de 32 GB (con sus correspondiente software para gestionarla). En el día a día la fluidez de esta combinación es completa, pero en los benchmarks habituales, el SSD queda algo por debajo de las mejores unidades NVM;e que han pasado por la mesa de prueba de Xataka.
Siendo el HP Dragonfly un ultrabook tan compacto, la refrigeración es un elemento crítico. Pero la experiencia nos ha tranquilizado. Mucho.
Incluso con tareas exigentes o streaming de larga duración, el equipo no se calienta en exceso (es muy destacable que en la parte superior no haya constancia alguna de un aumento de temperatura), y todo ello sin que el sistema de refrigeración activa se ponga en funcionamiento.
Cuando estamos trabajando recurriendo a la batería, los ventiladores no tienen presencia alguna ni cuando navegamos ni con streaming. Y no hemos tenido problemas para usar el equipo de manera muy confortable sobre las rodillas, algo que este equipo tan delgado y ligero pide a gritos.
La situación cambia algo cuando trabajamos con el equipo conectado a la alimentación. Entonces hemos apreciado un comportamiento sin patrones respecto al encendido de los ventiladores para la refrigeración del sistema. Incluso con tareas sencillas de navegación, hay momentos en que el sistema de refrigeración se activa sin que aparentemente sea necesario.
El sistema expulsa el aire por la parte inferior, donde hay una rejilla que abarca de un lado a otro del equipo, pero que creemos que tiene poco margen de maniobra por la poca altura deel engomado que eleva casi inapreciablemente el equipo cuando lo tenemos colocado sobre la mesa.
El HP Elite DragonFly cuenta con una batería de dos celdas y capacidad de 38 Wh. Hay una versión que, con apenas unos gramos más de peso, ofrece una batería de tres celdas y más de 50 Wh de batería.
Salvo que realmente necesites una autonomía enorme, la versión de 38 Wh que hemos probado cumple perfectamente como equipo de trabajo para una jornada habitual en movilidad. En nuestra prueba de uso real, en la que manteniendo la conectividad y brillo de la pantalla al 50-60% hemos realizado tareas de navegación, ofimática y aldo de streaming de música y vídeo, el HP Elite DragonFly ha mantenido una media de entre 6.5 y 7.5 horas de autonomía.
El cargador, de tipo USB-C es ligero y bastante compacto, pero no como los que más del mercado. Sí que está a la altura su potencia, de 65 W, que consigue realizar la carga completa del equipo en menos de una hora.
En equipos de corte profesional como este HP DragonFly, el apartado software pasa algo desapercibido si venimos del entorno puramente de consumo. Pero hay un gran valor a nivel de seguridad en el apartado de software.
La versión Windows 10 Pro que incluye de serie este portátil de HP incorpora numerosas capas asociadas a la seguridad y la privacidad, entre ellas los sistemas HP DriveLock, el chip integrado TPM 2.0, el borrado seguro del disco duro o la autentificación de encendido y prearranque, además de BIOS personalizada. Y no olvidemos que estamos ante un equipo con tecnología Intel vPro.
A nivel de identificación biométrica, este HP Elite DragonFly incluye lector de huellas cerca del touchpad así como cámara de infrarrojos para usar el rostro con Windows Hello. Ambos sistemas son cómodos, rápidos y fiables en su funcionamiento.
El teclado del HP Dragonfly es otro de sus importantes argumentos de venta. En mi caso particular, la tan agradable experiencia usándolo lo ha convertido en mi funcionalidad preferida del equipo.
El teclado tiene un tamaño completo, tacto agradable y muy silencioso por mucho que percutas de manera potente sobre cada tecla. Éstas responden con un buen recorrido y por todo ello me ha resultado un teclado muy cómodo de usar.
Es de tipo isla, con teclas de función muy prácticas y solo hemos encontrado problemas a la hora de adaptarnos con las teclas de dirección, que son muy pequeñas en el caso de las de arriba y abajo. También el botón de Enter reducido puede resultar de primeras extraño para quien tiene rutinas de escritura muy afianzadas.
El teclado, en el mismo tono azul que el resto del equipo, lleva las teclas serigrafiadas en tono blanco-dorado, lo que permite la visualización perfecta de cada una de ellas. Además es retroiluminado con dos niveles de iluminación controlables por el usuario.
En cuanto al touchpad, HP también logra una nota alta con este componente al darle unas dimensiones considerables pese a lo compacto del equipo. Es cómodo de usar, su superficie de cristal permite deslizamientos rápidos y precisos y contar con Windows Precision de serie refuerza el manejo del equipo con gestos.
Pese a estar englobado en el catálogo de equipos de empresa, este HP Elite DragonFly es todo un ejemplo para el sector de consumo de los ultrabooks. Pocas pegas se le pueden poner a un equipo que, con precio elevado, nos devuelve en la experiencia la gran parte del dinero invertido en él.
Lo hace sin duda en diseño, acabado y muy especialmente en el peso, lo que lo convierte en un ultrabook puro para llevar de un lado a otro. Su interior, algo desfasado con procesadores de octava generación de Intel, cumple con su objetivo básico. Lo mismo ocurre con la autonomía, justa para una jornada laboral no muy extensa fuera de casa. Y todo con una pantalla de 13.3 pulgadas que se ve bastante bien en cualquier circunstancias.
Y como colofón, el teclado y touchpad nos han brindado una de las mejores experiencias en este tipo de dispositivos. Gran trabajo por parte de HP.
8,9
Diseño y peso fantásticos Pantalla equilibrada Teclado muy cómodo de usar
Los procesadores disponibles de Intel son de octava generación Rendimiento por debajo de los esperado por precio
HP Elite Dragonfly - Portátil de 13.3" FHD (8a generación de procesadores Intel Core i5, 16 GB RAM, SSD de 256 GB, Intel UHD Graphics 620, Windows 10 Pro 64) Negro
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