Desde la pasada medianoche del 19 de marzo todas las personas que llegan a Hong Kong pasan a estar en cuarentena durante dos semanas. Es una medida similar a la que se ha puesto en práctica en otros países y regiones para prevenir la expansión del COVID-19. Para asegurarse de que todos cumplen con esta medida en Hong Kong han implementado una cosa más: vigilancia en tiempo real de la ubicación de forma obligatoria gracias a una pulsera electrónica.
La pulsera fue anunciada el pasado 16 de marzo como una de las medidas "con enfoque multitecnológico" de las autoridades de Hong Kong. A pesar de su cercanía y gran conexión con China, la región de Hong Kong ha aguantado sorprendentemente bien la infección por COVID-19, sin embargo explican que los casos ahora se dan especialmente por viajeros provenientes desde fuera. Esta cuarentena y monitorización en tiempo real de los entrantes en el país es una medida para solucionar dicho problema. Otro uso interesante de la tecnología para luchar contra el COVID-19 lo hemos visto en China y otras regiones usando robots y drones autónomos para desinfectar y monitorizar.
Desde el mes pasado las autoridades de la Región Administrativa Especial de Hong Kong había puesto en cuarentena domiciliaria a más de 50.000 personas. La mayoría de ellos sin ningún tipo de pulsera, aunque una ínfima parte sí que tenían estas pulseras para saber si abandonaban el hogar.
Esto ha cambiado en los últimos días, pasando de unas decenas de pulseras a 5.000 ya disponibles para su uso y 55.000 pendientes de ser recibidas, según indican en un comunicado. Estas pulseras envían automáticamente una alerta a las autoridades sanitarias si se incumple con las normas establecidas para la autocuarentena.
La pulsera se enlaza automáticamente al teléfono móvil del usuario. Según explican, no rastrea siempre la ubicación y es un sistema privado. En su lugar alerta sólo cuando se produce un cambio de la ubicación. En otras palabras, en principio no monitoriza dónde está el domicilio del portador de la pulsera, pero sí que avisa en caso de que lo abandone. También lo hace si se desconecta la pulsera del teléfono o si se quita de la muñeca. De incumplirse las normas el usuario se enfrenta a una multa de unos 600 euros o seis meses de prisión.
La pulsera rastreadora no es la única medida "con enfoque multitecnológico" tomada por Hong Kong. Según comentan, durante el periodo de cuarentena también se puede pedir la ubicación mediante apps de mensajería como Whatsapp o WeChat. Así mismo, las autoridades pueden hacer videollamadas sorpresa a los usuarios para asegurarse de que siguen en el domicilio. En España por otra parte desde Sanidad han aprovechado el móvil para crear la app AsistenciaCovid19 con la que ofrecer diagnósticos desde el móvil.
Más información | Hong Kong Government
Disney+ rebajado de 69,99 euros a 59,99 euros durante un año: oferta limitada hasta el 23 de marzo