En España estamos llegando a la etapa más dura del coronavirus: cuando el número de contagiados que necesitan asistencia sanitaria e ingresar en una UCI supera a la capacidad del sistema de salud. Algunos hospitales ya están empezando a verse desbordados y el material va escaseando, lo cual puede traducirse en personal sanitario contagiado a falta de EPIs, o en pacientes que fallecen al no tener un respirador que les permita recibir aire cuando sus pulmones han dejado de hacerlo, como ya ha ocurrido.
En España han surgido varias comunidades y agrupaciones que, o bien de forma organizada o bien sumándose a título individual para arrimar el hombro de la forma que sea posible, han sacado su conocimiento y sus impresoras 3D en muchos casos para ayudar a frenar el desabastecimiento sanitario. Y no solamente mediante consorcios empresariales como el de HP, Leitat y SEAT junto al Consorcio de la Zona Franca para fabricar respiradores: también entre ciudadanos de a pie, con muchos menos recursos.
Este último es el caso de Reesistencia Team, un equipo de trabajo que ha trabajado conjuntamente para crear en menos de una semana (entre el 14 y el 20 de marzo) un prototipo de respirador que está en fase de validación por parte de Gobierno de Asturias, la autonomía desde la que se ha iniciado este proyecto. Si finalmente la consiguen, será esta institución quien financie su fabricación masiva.
Estos respiradores replican el funcionamiento de los tradicionales, que activan el bambú -la bolsa hinchable que proporciona oxígeno al enfermo- y cuyo ritmo y profundidad pueden adaptarse a la necesidad del paciente en cuestión. Se basan en el sistema Jackson Rees y en su fabricación hay cuatro bloques: hardware, un software en forma de firmware próximamente publicado en Github, electrónica basada en Arduino y modelado 3D para componentes como el empujador.
"No queremos que haga falta que se usen estos respiradores, pero si hiciera falta... tenemos que tenerlo listo", cuenta Gonzalo Aller, uno de los miembros de esta comunidad. "Es crucial, se ha hecho en un tiempo récord y la idea es que partamos con un sistema mínimo para poder intubar a quien lo necesite lo antes posible. También queremos poder tener muchos, para que si alguno falla, tengamos varios de respaldo, y siempre por supuesto supervisados por médicos e ingenieros", explica.
Antes incluso de obtener la validación, muchos particulares han ofrecido sus impresoras 3D para imprimir piezas del respirador
Gonzalo también comenta que ha recibido muchas peticiones para sumarse a la impresión de las piezas que sean necesarias, pero que todavía no es posible hasta que se obtenga la validación. "Hemos pedido paciencia, de momento se ha preparado la logística para que todo esté listo y podamos arrancar de inmediato".
Toda esa comunidad maker está movilizada, de forma que comenzarán a imprimirlas en cuanto reciban la orden. Mientras tanto, imprimen otros objetos que también son de ayuda, como pequeñas herramientas para abrir la puerta sin contacto cutáneo o viseras de protección para el personal sanitario, que también están escaseando.
La Consejería de Ciencia del @GobAsturias trabaja con las autoridades sanitarias en la validación de un prototipo de respirador desarrollado por investigadores asturianos que podría ser utilizado en los hospitales españoles para paliar los efectos del #COVID19 @ReesistenciaT pic.twitter.com/dtgcByDDy9
— Gobierno de Asturias (@GobAsturias) March 20, 2020
Este proceso, al no tener software ni electrónica alguna y componerse únicamente de un par de piezas, es mucho más rápido, y de hecho lleva varios días en marcha. Por ejemplo, en León, donde está la empresa León 3D, que está ejerciendo de epicentro de todos los voluntarios que se están sumando a imprimir viseras de protección, incluida la propia empresa. Ahora mismo, unas 200 impresoras de 150 dueños distintos producen estas viseras de plástico, a las que se superponen piezas de acetato transparente y se les añade una goma elástica para fijar la pieza a la cabeza.
"Estamos trabajando con la gerencia de los hospitales de León y de Ponferrada, porque los equipos que atienden a los contagiados ya se han quedado sin mascarillas", nos explica su portavoz, Jesús Fernández. "También estamos creando algunos modelos con protección superior para algunas personas que nos lo han pedido. Ya se están usando como medida de protección".
Tanto la empresa como voluntarios con impresoras 3D en sus casas están coordinados para dar salida a sus modelos gracias a la recolección que hace Protección Civil, que sigue el mismo itinerario cada día para recibir todas las máscaras ya impresas. "Esto lo sustenta cada persona con el filamento que tiene en casa. Nosotros lo estamos vendiendo a precio prácticamente de coste, hay gente que también lo consigue por su cuenta, y otros organismos lo están donando. Entre ayuntamientos y asociaciones se va logrando. Para el respirador también estamos listos, pondremos la mitad de las impresoras a imprimir levas, engranajes, etc", concluye Jesús.
Justo al sur, en Zamora, la empresa Somos 3D Zamora está ejerciendo un papel muy similar al de León 3D. Primero fueron librerías, mercerías o particulares quienes les donaban los materiales para imprimir las pantallas de protección -iguales que las anteriores-, aunque ahora el ayuntamiento de la capital zamorana ha asumido ese rol.
"Ayer entregamos a la Guardia Civil 300 pantallas, hoy 600. Las impresoras 3D están funcionando las 24 horas", cuenta David Ríos, el propietario de la empresa. "La Guardia Civil lo recoge todo y lo lleva al hospital, donde lo esterilizan y lo montan.
Uno de esos ciudadanos particulares que se están sumando a estas iniciativas es Jaime Delgado, entusiasta de la impresión 3D con una unidad en su casa de Majadahonda (Madrid). Preguntó en el grupo de Telegram de los colaboradores de Madrid y le encomendaron coordinar el grupo de su ciudad, que ya cuenta con 118 personas, incluyendo algunas de pueblos vecinos.
A falta de validación del respirador, las impresoras 3D se están usando para crear pantallas protectoras o herramientas que permiten abrir puertas sin contacto cutáneo
"Llamé a la Concejalía de Juventud para coordinarnos, el ayuntamiento ya ha comprado el material y se encarga de la logística". Como en los casos anteriores, la Policía Local y Protección Civil se encargan de recogerlo y llevarlo a los hospitales, aunque también de entregar ciertos materiales. "Esto es primordial, hay materiales difíciles de conseguir y no debemos salir de casa. Nadie tiene una lámina de PVC a mano", explica.
Desde su casa imprime pantallas homologadas, como las de los casos de Castilla y León, y puentes de gafas a petición de la Policía Local. "Ahora todo el mundo quiere hacer respiradores, pero es muy difícil. Además, un respirador mal hecho es igual de peligroso que no tenerlo. Yo me sumaré a imprimir piezas cuando haya uno validado clínicamente". En ello andan desde Asturias, veremos si en los próximos días se logra el milagro y una legión de respiradores basados en Arduino empiezan a llegar a las UCI de todo el país.
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