Poco a poco China está bajando los niveles de casos por COVID-19, poco a poco también se están eliminando las restricciones para los ciudadanos y estos comienzan de nuevo a hacer vida normal en espacios públicos. La tecnología ha sido una gran aliada en la lucha contra el COVID-19 en el país. Las nuevas gafas inteligentes usadas por las autoridades es una muestra más de ello: pueden monitorizar a multitud de gente y encontrar casos de COVID-19 en personas que tengan ya síntomas.
En Hongyuan Park, una parte de la reserva del humedal de Xixi en la ciudad de Hangzhou, el personal de seguridad ha comenzado a utilizar unas gafas de realidad aumentada de la startup Rokid. Son unas gafas que a primera vista parecen de sol (algo aparatosas), pero traen una gran cámara térmica en un lateral que deja bien claro que no son unas simples gafas.
Según South China Morning Post, las gafas pueden comprobar la temperatura de cientos de personas en minutos para ayudar a monitorizar mejoras las colas del parque natural. Además de comprobar la temperatura, también son capaces de realizar un reconocimiento facial para tener un registro digital de los ciudadanos.
Por otro lado, el fabricante compartió recientemente algunos detalles más de las gafas. Dicen que son ideales para funcionar en aeropuertos, metros, centros comerciales y otros espacios públicos. Además explican que pueden medir la temperatura corporal a una distancia segura de dos metros para evitar el contacto físico. En cuanto a velocidad, dicen que realizan la tarea en medio segundo, superando con creces los dos segundos de los termómetros por infrarrojos que hay en el mercado.
El escaneo térmico es un método eficaz para detectar personas con una temperatura corporal superior a la media, uno de los síntomas del COVID-19. No obstante, hay que tener en cuenta que no detecta a las personas que pueden estar infectadas pero aún no han desarrollado los síntomas, algo que se da entre dos y diez días después de la infección.
El medio asiático South China Morning Post dice que las gafas de Rokid han sido proporcionadas a los oficiales de seguridad y la policía de carreteras en Hangzhou, Huzhou y Quzhou.
Aparte de estas gafas inteligentes, China ha utilizado su masiva red de vigilancia y reconocimiento facial de todo el país para monitorizar mejor a los ciudadanos y cuáles de ellos están infectados por el coronavirus. Ejemplo de ello es cómo se le ha asignado un código QR de color a cada ciudadano en su móvil para indicar si tiene o no permitido viajar y a dónde puede hacerlo.
También hemos visto cómo en diferentes países asiáticos se han utilizado robots que rocían desinfectante y drones que monitorizan las calles de distintas ciudades. Otra de las medidas que tomó el gigante asiático antes que nadie fue la de la escuela online, con varias grandes tecnológicas del país aportando sus herramientas y servidores. Aunque no ha gustado tanto a los niños.
Vía | South China Morning Post
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