Siguen las complicaciones para Boeing con su 737 MAX. Desde hace más de un año la flota de aviones de la compañía se ha quedado en tierra debido a dos accidentes graves que sufrieron en un periodo de menos de cinco meses. Actualizaciones de software, revisiones detalladas, cambios de componentes y pruebas de vuelo a ordenador no han parado de darse durante este tiempo. Sin embargo, el análisis de los aviones sigue sacando a la luz errores, como los dos nuevos encontrados en el software del avión, aunque no están relacionados con los accidentes que se produjeron.
Durante esta semana Boeing confirmó que hará dos nuevas actualizaciones de software para el ordenador de control de vuelo de los 737 MAX. Indicó que no estaban relacionadas con los sistemas que fallaron en los dos accidentes mortales de hace más de un año. Según Reuters, los dos nuevos fallos tienen que ver con una desconexión del piloto automático y con una pérdida de control del estabilizador del avión.
En busca de la re-certificación, Boeing debe actualizar el software para solucionar estos dos problemas antes de que los organismos de aviación hagan pruebas con el avión. Estos dos errores y todos aquellos que se hayan ido descubriendo hasta la fecha. Una vez estén todos solucionados la FAA (organismo regulador en Estados Unidos, sede de Boeing) realizará las pruebas correspondientes virtuales y finalmente pruebas reales en el aire. Pero de momento Boeing tiene trabajo por delante.
Por si Boeing no tuviese suficiente con los propios errores del Boeing 737 MAX, su proceso para volver a operar se retrasa incluso más aunque esté todo solucionado. Esto se debe a la misma razón que ha pausado a medio mundo, el COVID-19. Según RFI, las pruebas de vuelo se retrasan un mes mínimo hasta mayo debido al coronavirus.
Por parte de Boeing siguen con la esperanza de poder recibir la aprobación para surcar los cielos a mediados de 2020. Esta certificación es vital para la empresa, que no solamente tiene todos los 737 MAX en tierra (y no tiene ya dónde colocarlos), sino que pierde dinero cada día que se queden sin volar. Boeing pausó en enero de este año la fábrica donde producen los Boeing 737 MAX porque ya no hay aerolíneas que quieran comprarlos hasta que no se solucione todos los problemas. Y también necesita la aprobación de Europa y otras regiones.
Las pérdidas son considerables también para las aerolíneas, que han visto reducida su flota drásticamente y deben recurrir a aviones antiguos. Aunque bueno, quizás ahora con el COVID-19 parando todos los vuelos alrededor del mundo, eso sea lo de menos.
Vía | Reuters
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