Pongamos que eres una madre, padre, tío o relativo a un niño de diez años. Digamos que conoces el mundo del videojuego pero has estado aislado de él durante un tiempo porque no se puede seguir la actualidad de todo, y ahora planeas volver con la intención de jugar con el crío.
Puede que yo me haya criado con ?Doom?, ?Quake? o ?Counter-Strike?, pero quieres hacer las cosas bien y, en busca de un shooter en primera persona que compartir, te pones a buscar juegos que sean aptos para su edad. La buena noticia es que hay varios FPS que parecen una buena forma de introducirlo en ese mundo. La mala es que la calificación por edades va a borrar cualquier posibilidad de encontrar algo bueno a lo que agarrarte.
El código PEGI es el sistema europeo dedicado a autorregular la calificación de edades de los videojuegos. Un sistema que ofrece distintos sellos informativos para dar a conocer no sólo la edad apropiada para cada juego, sino también las distintas características con las que te vas a encontrar en él.
Con sellos haciendo referencia a miedo, sexo, lenguaje soez o violencia, el código PEGI es una herramienta muy útil de cara a informar a padres y tutores sobre los videojuegos que pueden encontrar en el mercado de PC, consolas o móviles.
Sirviendo como recomendación, si nos agarramos a él a la hora de buscar un FPS para niños menores de 12 años lo más probable es que acabemos con las manos vacías. Teniendo en cuenta que un arma siempre va a ser sinónimo de violencia, sólo ampliando la búsqueda ciñéndonos al género de los shooters en vez de al de los juegos de tiros en primera persona tendremos algo de suerte.
De entre todos los juegos recomendables actuales, títulos que han recibido buenas críticas y que a ojos de alguien medianamente entendido pueden suponer una buena inversión, sólo hay dos juegos de tiros a los que agarrarse: ?Splatoon 2? y la saga ?Plants vs Zombies?, ambos con una calificación por edades de siete años o más.
En el primero, una suerte de calamares antropomórficos se disparan con pintura en una lucha por equipos en escenarios competitivos. Lo más cerca que ha estado Nintendo de un juego de tiros multijugador a lo ?Call of Duty?. En el segundo, los protagonistas son plantas y zombis que se baten en un duelo similar, esta vez a base de dispararse guisantes o semillas entre ellos.
Ambos son juegos de tiros en tercera persona y, pese a contener armas que se asemejan en cierta forma a las reales como rifles de francotirador o ametralladoras pesadas, su gran baza para gozar de una calificación por edades inferior está en ofrecer una violencia animada entre seres fantásticos. Todo lo que rebase esa línea irá directo a una calificación por edades de +12.
La decisión es lo suficientemente tajante para no atender a medias tintas. El mejor ejemplo de ello lo encontramos en el ?Overwatch? de Blizzard. Un juego anunciado con un corto que parecía la mezcla perfecta entre los superhéroes de Marvel y el encanto de Pixar, con personajes fantásticos y armas futuristas que disparan más rayos láser que balas.
Su único error está en no atender a la regla anteriormente mencionada e incluir personajes con apariencia humana. Puede que dentro de su estética de violencia animada se fomenten valores muy loables para un crío, que no exista un ápice de sangre y que lo más criticable de todo el conjunto es que aparezca un personaje con pinta de vaquero fumando un puro, pero el hecho de contar con personajes de aspecto humano echa por tierra la calificación.
De hecho es una situación extrapolable a muchos otros juegos, incluso aquellos que no están sujetos a las armas. Si reducimos el límite de edad hasta un niño de seis años, el círculo se estrecha aún más y cierra las puertas a ?Super Mario Odyssey?, ?Minecraft? o incluso los juegos de LEGO. títulos de gran calidad y factura con buenos valores detrás o incluso alabanzas desde el sector educativo.
Frente a un escenario con tantos altibajos es normal que las compañías eviten el problema intentando apuntar a una audiencia mucho más amplia. Pese a no haber una regla exacta a la que agarrarnos al hablar sobre por qué no hay más FPS enfocados a niños, los ingresos son el principal motor de la industria del videojuego, así que buscar una estética excesivamente infantil para un juego que va a recibir una calificación por edades superior parece un tiro en el pie.
De entre todas las opciones buscadas durante los últimos días, sólo un juego reciente responde a esa búsqueda que iniciamos al principio del texto: un FPS para niños con buenas críticas -79 en Metacritic-, actual y con una calificación por edades que baje de los 12 años: ?Shooty Fruity?.
Un juego de tiros en el que hacer papilla con distintas frutas que van apareciendo en pantalla haciendo uso de todo tipo de armas. Pero como lamentablemente no todo van a ser buenas noticias, su calificación por edades de +7 choca directamente con un problema mayor. Se trata de un juego para realidad virtual, una tecnología que en realidad tiene una calificación por edades de +13 por ser perjudicial para la vista en edades tempranas.
¿Cómo encontrar entonces un juego de ese estilo apto para niños? Si la recomendación PEGI no termina de convencernos por resultar en algunos casos algo encorsetada, el siguiente paso a seguir es el de la información y el sentido común.
Páginas como Common Sense Media se valen de las votaciones populares de padres y niños para establecer una media de edad en juegos, películas y libros. Valiéndonos de sus mensajes, y aunque siempre encontraremos quienes buscan fantasmas donde sólo hay cortinas, será fácil ver de forma detallada qué componentes ha marcado el público a la hora de calificar un título. Una forma fácil y rápida de ver si el juego requiere cierta habilidad, qué tipo de violencia podemos encontrar o hasta dónde llega el lenguaje empleado.
Algo que suelen tener en cuenta este tipo de portales, al menos de una forma más explícita que en los códigos de calificación oficiales, es qué tipo de controles parentales tiene cada uno de esos juegos. Hay juegos que habilitan opciones como cambiar el color de la sangre, eliminarla por completo o hacer que las armas disparen confeti en vez de balas -?Team Fortress 2? es un buen ejemplo de ello-, así que ahondar un poco más en lo que dicta un código regulador es, al menos a día de hoy, la única opción para ampliar un poco nuestro catálogo de juegos.
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