Ya hace casi dos años que la compañía Japan East Railway anunció sus intenciones de construir un tren aún más rápido que los que tenía en funcionamiento. Sus Shinkansen, conocidos coloquialmente como trenes bala, querían dar un salto más en su evolución.
El proyecto, llamado ALFA-X, tenía como objetivo poner esa línea operativa en 2019, y contaría con trenes que alcanzarían los 360 km/h. Hasta ahora los trenes más rápidso de la empresa son los Series E5 y E6 que circulan a 320 km/h.
Estos trenes están pensados para recorrer la ruta entre Tokio y Sapporo que se prepara para 2030: se trata de un viaje de 1.075 km que se completará en cerca de 3 horas gracias a estos nuevos trenes.
Hoy en día ese trayecto tarda en hacerse unas 8 horas con un transbordo en las líneas actuales. También se puede hacer en avión, y el vuelo dura 90 minutos.
Una de las prioridades del desarrollo de estos trenes ha sido la de minimizar el ruido generado al ir más rápido que los actuales, pero además es necesario minimizar la presión generada al entrar en túneles a alta velocidad.
Eso ha dado lugar a dos diseños, uno de los cuales tiene una "nariz" aerodinámica de 22 metros que mitiga ese efecto de entrar y pasar por túneles a estas velocidades de vértigo.
El primer diseño, por ejemplo, tiene una "nariz" de 16 metros similar a la que ya presentaban los trenes de la serie E5. Los trenes ALFA-X tendrá una velocidad operativa de 360 km/h, pero las pruebas que comenzarán este mes de mayo irán aún más lejos, y quieren alcanzar velocidades de 400 km/h con estos modelos.
Entre otros avances tecnológicos los ALFA-X están equipados con frenos electromagnéticos y también frenos aerodinámicos en el techo a los que se les ha llamado "orejas de gato".
El objetivo de tener ambas opciones es el de poder lograr un frenado lo más rápido posible en caso de que se avise de terremoto: con estas medidas se estima que se podrá frenar el tren desde la velocidad máxima en una distancia de menos de 4.000 m.
Estos frenos especiales situados en el techo se mantienen normalmente plegados, pero se pueden activar incluso desde el centro de control de forma remota, como los frenos de raíl electromagnéticos. Este tipo de medidas ya se probaron en prototipos que luego acabaron derivando en las flotas de trenes Series E5 y E6 que se pusieron en funcionamiento en 2005.
Los Shinkansen son famosos en el mundo entero desde hace años y se han convertido en uno de los símbolos claros de los avances en los medios de transporte, pero no son los únicos trenes de alta velocidad que pueden presumir de velocidades impresionantes.
El tren operativo más rápido del mundo es el Maglev de Shangai que alcanza velocidades de 431 km/h y que hace uso de la levitación magnética para funcionar.
Sin embargo los récords de velocidad han ido incluso más allá: en agosto de 2015 un tren de levitación magnética logró alcanzar los 603 km/h durante 11 segundos con 49 personas a bordo.
Lo desarrolló Mitsubishi Heavy Industries junto a Nippon Sharyo, que proyectaban usarlos en una línea entre Tokio y Nagoya y otra entre Tokio y Osaka, viajes relativamente cortos que permitirían circular a estos trenes a velocidades medias de 505 km/h. De momento no han entrado en funcionamiento.
Hay otros países con una excelente infraestructura de trenes de alta velocidad en Europa: Francia tiene sus famosos TGV que promedian 320 km/h pero han alcanzado picos de casi 575 km/h. En España tenemos los trenes AVE, que mantienen velocidades de 300 km/h y llegan a los 310 km/h en algunos puntos.
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