Hoy vamos a soñar un poquito. Seguramente hayas oído hablar de los "audios en 8D", esos audios que, cuando los escuchas con auriculares, parece que los efectos de sonido vienen desde diferentes sitios. Hay uno muy conocido que nos traslada a una peluquería y lo cierto es que el resultado es fascinante, porque realmente da la sensación de que estemos allí escuchando cómo el peluquero nos corta las puntas. La pregunta es: ¿a qué estamos esperando para usar esta técnica en los audiolibros?
Por lo general, los audios en 8D nos intentan fascinar llevándonos a lugares comunes que todos conocemos, como una peluquería o una habitación en la que pasan cosas. Pero la miga está en que estos audios 8D tienen un potencial enorme, pero enorme, para contar historias. Imagina lo fantástico que sería escuchar el relato de la batalla del "Abismo de Helm" ('El Señor de los Anillos', para los despistados) mientras a tu alrededor oyes las espadas chocando, las flechas zumbando y los orcos acercándose. Dios, se me ponen los pelos de punta solo de pensarlo.
Antes de nada, vamos a hablar un poco de qué es esto del audio 8D. Es un nombre muy rimbombante para referirse al audio holofónico y es una técnica bastante antigua. Sus orígenes se remontan a los años 70 y su creación se atribuye a Hugo Zuccarelli, un ingeniero químico argentino que buscaba comprender cómo el tímpano es capaz de localizar el sonido ambiente.
Mi compañero Enrique publicó hace algún tiempo un artículo explicándolo todo en profundidad y te invito a que le eches un ojo para comprender la parte más técnica. En este texto, y con el objetivo de que no se extienda mucho, vamos a verlo por encima para entender cómo funciona y cómo se logra este efecto.
En pocas palabras, el audio 8D modifica diferentes parámetros de los audios para engañar a nuestro cerebro. Nuestro cerebro se vale del desfase temporal, la variación del nivel de presión sonora y la variación de frecuencias para identificar la ubicación de una fuente de sonido. Si se modifican estos parámetros, el cerebro se bugea y entiende que los sonidos vienen desde diferentes lugares. De esa forma, se puede modificar un audio para que use los mismos parámetros que tendría un audio que viene desde detrás, y así surge la magia.
Así dicho parece sencillo, algo que cualquier persona podría hacer en 10 minutos con Audacity, y bueno, sí y no. Para conseguir un efecto realista se requiere de cierto tiempo y de algo de equipo en condiciones, pero como todo en esta vida, "there is an app for that". Jaime Altozano, el conocido youtuber especializado en música, tiene un tutorial en su canal donde explica cómo conseguirlo con Reaper y un plugin de Sennheiser, ambos gratis.
Y ahora que conocemos de qué va esta técnica y sus fundamentos, toca preguntarse por qué no la hemos visto en los audiolibros. Evidentemente, en un ensayo científico no la vamos a usar, pero vamos a pensar un segundo en el potencial que tiene en las novelas históricas, novelas de terror o cualquier novela basada en una franquicia conocida como 'Star Wars'.
Te pongo un ejemplo sencillo de un libro de suspense cualquiera. El protagonista está encerrado en una celda minúscula. Al lado hay otra persona que solloza y habla encerrada en otra celda. Sabemos que dentro de la celda hay una cañería, que se pueden escuchar los pasos del captor cuando se acerca y, en un momento de la escena, nuestro protagonista golpea la puerta de metal varias veces.
Imagina, por un momento, que esto nos lo cuenta el narrador a la vez que escuchamos estos efectos de sonido. La gota que cae de la cañería y golpea el suelo justo debajo de nosotros, la puerta de metal que suena justo delante cuando la golpeamos, el de la celda de al lado llorando y arañando la pared, el captor dando pasos y acercándose a nuestra puerta... La historia en sí ya nos captura, pero con los efectos de sonido adecuados y bien sincronizados, pasaría de capturar a sumergir, a meternos dentro, a estar ahí y a que yo me quite los auriculares mientras me recupero del miedo que estaría pasando.
Más ejemplos, una novela bélica en la que se describe un tiroteo entre dos bandos rivales. El típico párrafo de "las balas silbaban sobre sus cabezas mientras las minas terrestres diezmaban el escuadrón de tanques que avanzaba por la derecha" podría ser todo un espectáculo de sonidos. El narrador nos cuenta lo que pasa mientras el sonido de las balas se mueve muy rápido desde delante hacia atrás por encima de nuestra cabeza, mientras escuchamos una explosión lejana por la derecha y pasos por detrás nuestra del resto de soldados moviéndose por la trinchera.
Imagina como sería escuchar 'Canción de hielo y fuego' acompañado por los sonidos de los dragones, las flechas y las espadas; o grandes clásicos como '1984' mientras escuchamos la voz del Gran Hermano; o novelas temáticas como las de 'Star Wars', en las que podríamos escuchar los sables láser zumbando delante de nosotros. Las posibilidades son enormes y, al menos a mí, me parecería mucho más interesante escuchar una historia así que hacerlo con una sola voz.
Esto es algo que hemos podido ver en algunos videojuegos. No es exactamente lo mismo, pero va por estos derroteros. Un ejemplo sería 'Hellblade: Senua's Sacrifice', una historia fabulosa en la que encarnamos a una guerrera celta con psicosis. Las "Furias", unas voces que suenan en su cabeza, nos acompañan a lo largo de toda la historia y si jugamos con auriculares las iremos escuchando a la izquierda y derecha, todo el rato, cada una con su tono y su forma de hablar, y eso hace que te sumerjas mucho más en la historia, en cómo se siente la protagonista y en lo que supone tener psicosis.
El potencial, como decía, es enorme, pero hay un problema. Los audiolibros suelen ser largos y tener varias partes en diferentes escenarios, así que añadir audio holofónico realista durante las 11:48 horas que dura un audiolibro como 'Reina Roja' es, sencillamente, una tarea propia de ser contada por Homero. Pero si nos paramos a pensarlo, cuando los hermanos Lumière proyectaron el vídeo del tren llegando a la estación de La Ciotat en 1895 también parecía imposible añadir audio 5.1 a una película de dos horas y media.
La tecnología evoluciona mucho, y ahí tenemos las películas de animación, los CGI realistas y los croma, que permiten transportar al espectador a lugares inimaginables desde la comodidad de su sofá. ¿Quién sabe? Quizá en el futuro leamos este texto y nos preguntemos "¿pero de verdad los audiolibros antes eran solo voz plana?". Puestos a soñar, soñemos a lo grande, ¿no?
Imagen | Pexels
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