El pasado 20 de agosto asistimos a la última conquista de la inteligencia artificial: vencer a un piloto humano experimentado por cinco a cero en un combate de cazas F-16 simulado. Cinco minutos le bastaron a Heron Systems AI para derrotar al piloto en el simulador, pero ahora el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, quiere ir un paso más allá y hacer la prueba en un entorno real.
Según ha confirmado el propio Esper en una conferencia sobre inteligencia artificial que ha tenido lugar esta semana en el Pentágono, en 2024 se celebrarán una serie de combates de prueba en los que la inteligencia artificial cogerá los mandos de un avión de combate para enfrentarse a un piloto humano. Asegura que la idea de llevar la IA al combate no es reemplazar a los humanos, sino ampliar las capacidades de los mismos.
Air Combat Evolution (ACE), que es como se llama este programa de inteligencia artificial aplicada a los combates de aeronaves, acogerá "cinco experimentos de campo" que buscan comprobar la colaboración humano-máquina. Por ello, "a los pilotos se les darán tareas de gestión de batalla de mayor nivel cognitivo mientras sus aviones vuelan en combate, y habrá sensores de factores humanos que midan su atención y estrés para medir cuánto confían en la IA".
Los eventos a gran escala, ha señalado el Secretario de Defensa, comenzarán en el año 2023. Se usarán aviones tácticos con pilotos de seguridad, por si algo va mal, y el programa contempla combates uno contra uno en el segundo trimestre de 2023, dos contra uno en el cuatro trimestre y dos contra dos en el primer trimestre de 2024. En algunos combates habrá equipos humano-máquina contra equipos solo humanos y en otros dos equipos humano-maquina compitiendo entre sí.
Esper ha dejado claro que la simulación del pasado mes de agosto demostró la capacidad de la IA para superar a los humanos en los combates aéreos, pero que esa simulación "culminará en una competición en el mundo real en un combate aéreo táctico a gran escala en 2024". Tocará esperar hasta entonces no solo para conocer los resultados, sino también el entorno de pruebas.
En la simulación del pasado mes de agosto, los pilotos (humanos y artificiales) no podían usar misiles y el combate quedó restringido al cañón delantero. La IA, por cierto, no podía usar lo aprendido durante los combates previos contra el piloto humano, sino solo aplicar el conocimiento previo a la "competición", entre comillas.
Durante el evento, que se retransmitió en YouTube, los comentaristas destacaron la capacidad de la IA para actuar en condiciones extremas, véase una fuera G demasiado alta, así como su capacidad para apuntar y acertar en el blanco. Las pruebas hablan por sí solas: todos los combates duraron menos de un minuto, salvo el quinto, en el que piloto humano consiguió sobrevivir más tiempo.
¿Qué busca Estados Unidos con este programa? Ciñéndonos a las explicaciones de Esper que recogen en Breaking Defense, liberar recursos humanos. Considera a la IA como una "herramienta para liberar recursos, tiempo y mano de obra para que la gente pueda dedicarse a tareas prioritarias y llegar a los momentos de decisión más rápido y con más precisión que la competencia".
Vía | Breaking Defense
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