Así es como gana dinero... es una serie de artículos semanales de Xataka en los que analizamos el modelo de negocio de las grandes empresas tecnológicas: qué divisiones les dan beneficios reales y cuáles no, cuáles son los auténticos núcleos de estas compañías que han transformado al mundo. Hoy, una de las compañías más jóvenes de esta sección -apenas ocho años de vida- pero que hace tanto o más ruido que algunas con décadas de historia: Xiaomi.
Contar la radiografía de la caja de Xiaomi no es sencillo, ya que es una empresa cotizada desde hace pocos ejercicios (2018) y por tanto, solo ha estado obligada a desgranar sus finanzas públicamente desde ese momento. No podemos tener una visión más amplia de su trayectoria -como sí de Samsung, Microsoft, Amazon...- a día de hoy, pero podemos aproximarnos uniendo sus resultados trimestrales más recientes y los números que anteriormente hicieron públicos a cuentagotas.
Xiaomi ingresó unos 134.000 millones de yuanes ?unos 20.000 millones de dólares? por la venta de smartphones en el año 2019. Esto nos da una media dede 158 dólares brutos por dispositivo, una cifra al alza respecto a años anteriores, entre 130 y 140. Esta cifra, a priori, crecerá durante 2020, ya que Xiaomi ha aumentado los precios de la mayoría de sus nuevos dispositivos en estos últimos meses, especialmente en Europa, donde el aumento proporcional ha sido superior al de China.
2018 y 2019 han sido los años de la explosión de Xiaomi en ventas de sus smartphones, superando holgadamente los cien millones de dispositivos
Estas cifras le han valido a Xiaomi alcanzar el cuarto puesto en el ranking mundial de fabricantes de smartphones de forma estable, por debajo de Samsung, Huawei y Apple, por ese orden. Y sin tener presencia en el mercado estadounidense.
La tendencia ascendente ha llegado en una época de madurez y estabilización de la industria. Por el camino se quedaron fabricantes históricos que o bien cerraron la persiana o bien han quedado relegados a puestos casi testimoniales, lejos de los laureles del pasado: Nokia, HTC, Sony, BlackBerry...
Su estrategia en los últimos años ha sido la de diversificar su fabricación en varias marcas alternativas a la principal.
Xiaomi: marca principal. BlackShark: gaming. POCO: especificaciones elevadas a precio muy contenido. Redmi: gama inferior.
En 2018, durante una presentación de resultados frente a sus inversores, y sabedores de los resultados del año completo 2017, estos últimos expusieron una doble preocupación por el futuro de la empresa: por un lado, la excesiva dependencia (70%) del negocio de los smartphones, que da escasos márgenes. Por otro, la también excesiva dependencia del mercado chino, algo que venía desde los orígenes de la empresa y que no había sido corregido pese al gran crecimiento experimentado en su primer lustro de vida.
Ambos factores han mejorado en cuanto a reducción de esa doble dependencia.
Xiaomi ha pasado de que China supusiese el 65% de sus ingresos, y los smartphones el 70%, a reducir ambos porcentajes hasta el 55% y el 65% respectivamente.
En el aspecto territorial, esta reversión se explica en parte por la inversión en el crecimiento en India y en Europa occidental principalmente, donde España es uno de los mejores ejemplos de ese crecimiento, entre otras causas por la apertura de tiendas físicas. Dejar de depender de la venta online y de distribuidores fuera de China fue lo que valió una inversión de 1.000 millones de dólares. Algo que explica algunas medidas contra la compra fuera de canales oficiales que empieza a dar sus frutos.
Más allá de los smartphones, el resto de del negocio de Xiaomi lo componen principalmente el resto de dispositivos electrónicos de la marca, con los televisores a la cabeza, y los servicios online, que han ido a la baja en cuanto a su peso en las cuentas de Xiaomi. No tanto por caer en cuanto a volumen de negocio, sino porque, al contrario que el hardware de Xiaomi, apenas ha salido de China. De momento.
No obstante, la reducción de la dependencia china tiene su contraste con el hecho de que el 92% de los empleados de Xiaomi siguen trabajando en China. Los otros 30 países en los que la compañía tiene presencia solo aglutinan el 8% de sus trabajadores.
Estos servicios online no se limitan a servicios de contenidos audiovisuales como series, películas o juegos por una tarifa de 7,5 dólares mensuales: Xiaomi está yendo más allá. Según Wired, desarrolló un sistema basado en inteligencia artificial que concede créditos financieros a sus usuarios basándose en su capacidad solvente. Gana dinero con los intereses y no requiere de estudios invidiuales a cada demanda, como ha ocurrido en la banca tradicional.
Esto último es otro buen ejemplo de hacia dónde se está encaminando Xiaomi -como tantos otros actores de la industria tecnológica-: inteligencia artificial y machine learning. El objetivo final de cara al consumidor, integrar los avances en estos campos en los productos finales domésticos, como los altavoces inteligentes, la capa que añade sobre Android en sus teléfonos, MIUI -como ya empezó a hacer-; o los dispositivos de domótica para el hogar conectado.
En 2019, Xiaomi alcanzó unos ingresos de casi 206.000 millones de yuanes (unos 30.000 millones de dólares), logrando un beneficio de 11.700 millones de yuanes (unos 1.700 millones de dólares). Unas cifras mucho mejores que las de 2018, pero a su vez contradictorias respecto a lo logrado dos años atrás, en 2017, cuando tuvo un beneficio superior con unos ingresos un 44% menores. El crecimiento de Xiaomi está sucediendo a costa de una fuerte reinversión y de unos márgenes menores. Habrá que ver cómo evoluciona en este peculiar 2020, tanto por la pandemia que puso al mundo del revés como por su reciente cambio de estrategia con precios al alza.
Lo que sí ha logrado Xiaomi ha sido revertir su mala tendencia en bolsa. Tras llegar al parqué en el verano de 2018 y encadenar malos resultados durante sus primeros 18 meses como empresa cotizada, desde finales de 2019 ha experimentado un buen repunte que ya dejó atrás la efímera crisis bursátil del coronavirus y se ha disparado hasta valores en el entorno de los 24-25 dólares hongkoneses, lo que supone que por primera vez, la empresa ha superado el valor de su salida, dos años atrás, cuando debutó con un pésimo desempeño. Xiaomi ya vale más de 75.000 millones de dólares.
I. Así es como gana dinero Amazon: cada vez más nube y un futuro de producciones audiovisuales.
IV. Así es como gana dinero Facebook: el otro gigante publicitario tiene dos ases en la manga.
VI. Así es como gana dinero Microsoft: cada vez más nube para compensar el descalabro en móviles.
VII. Así es como gana dinero Samsung: ni TVs ni smartphones son la base de su negocio.
VIII. Así es como gana dinero Sony: más vale PlayStation en mano que Xperia volando.
XIX. Así es como gana dinero Xiaomi: vine por el precio del smartphone y me quedé por los servicios.
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