En el imaginario colectivo, decir "Amazon" evoca al comercio electrónico que ha cambiado las reglas y ha desbloqueado el logro más ansiado para cualquier empresa: convertirse en la metonimia de su sector. "El Amazon de...", "el Netflix de..." o "el Uber de..." son algunos de los ejemplos de quienes lo han logrado.
En realidad, Amazon ha ido muchísimo más allá construyendo un ecosistema en forma de imperio, en el que no hay un año en el que no abra al menos una nueva línea de negocio. Una estrategia que le ha llevado a consolidarse en el top 4 de empresas del mundo por capitalización bursátil, junto a Apple, Saudi Aramco y Microsoft. Tres tecnológicas, una petrolera. La venganza del nerd.
La llegada de Luna para plantar cara a gigantes de la industria del videojuego es la última declaración de intenciones de una empresa que está ofreciendo un ecosistema cada vez más completo. Y además, lo está haciendo con un patrón: reducir al máximo la barrera de entrada para nuevos usuarios. Veamos algunos ejemplos:
Prime: suscripción anual (36 euros en España) para obtener envíos gratuitos en su ecommerce y varias ventajas extra. Echo: dispositivos muy económicos frente a su competencia y con rebajas agresivas frecuentes. Prime Music: suscripción a mitad de precio para usarse en dispositivos Echo. Prime Video: suscripción incluida en Prime. Luna: precio más reducido que el de su competencia, videojuegos sin necesidad de consola, válido con mandos de terceros además del propio. Kindle: modalidad incluida en Prime para una selección de títulos. Drive: 5 GB gratuitos.
Esta tendencia consolidada ha llevado a Amazon a ser un competidor de prácticamente todas las empresas tecnológicas, en mayor o menor grado. Microsoft, Facebook, Google, Apple, Paypal, Dropbox, Spotify, Netflix, Disney, HBO, FedEx (lo de los envíos propios en Estados Unidos va en serio), Rakuten, Samsung, Storytel, Sonos, Nvidia, Alibaba, JD.com... En un simple gráfico (adaptado y actualizado de la publicación india Finshots podemos ver cada una de las empresas y marcas propiedad de Amazon, y sus principales rivales en el mercado.
Este avance ha ido acompañado de una reinversión constante de los beneficios de la empresa, algo que le ha privado de presentar números negros durante una buena parte de su historia (ya no, ahora anda desatada), pero que al mismo tiempo ha maximizado el volumen de facturación año tras año y que ha servido para que Bezos se corone como la persona más rica del mundo.
Si llegados a este punto alguien se pregunta qué será lo próximo en lo que nos sorprenda Amazon, la respuesta puede ir sobre ruedas.
Hogar | ? |
Servicios personales | ? |
Servicios corporativos | ? |
Ecommerce | ? |
Wearables | ? |
Transporte | ? |
El entorno del transporte es el único en el que Amazon todavía no ha presentado su gran apuesta, más allá de pequeñas utilidades como Echo Auto, pensando para llevar a Alexa al coche. Hace unos meses anunció la compra de Zoox, una startup que desarrolla(ba) coches autónomos.
En principio, la idea detrás de esta compra es crear una flota de ídems para abaratar sus costes de transporte de mercancías, pero nada impide a la empresa de Bezos llevar su desarrollo al cliente final, tal y como está haciendo Google con Waymo. No sería extraño viendo la facilidad de la empresa para extender sus tentáculos a una velocidad muy superior a lo habitual en su sector.
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