Las consolas de nueva generación ya están a la vuelta de la esquina. Y la última hornada de tarjetas gráficas para PC, también. Las primeras tarjetas de la familia GeForce RTX 3000 de NVIDIA están llegando a las tiendas poco a poco, y el próximo 28 de octubre AMD presentará sus nuevos procesadores gráficos con arquitectura RDNA 2, por lo que posiblemente no tendremos que esperar mucho para hacernos con una de sus nuevas tarjetas gráficas.
No obstante, las consolas y las tarjetas gráficas solo son responsables de una parte de la experiencia. Si queremos que nos entreguen todo su potencial lo ideal es que las conectemos a un televisor, o un monitor, que sea capaz de exprimirlas al 100%. Y, desafortunadamente, los dispositivos que cumplen este requisito no abundan. Aun así, en las tiendas ya podemos encontrar televisores a la altura. A ellos está dedicado este artículo.
Posiblemente no entra en los planes de muchos usuarios invertir una parte de sus ahorros en un nuevo televisor, sobre todo si ya tienen un modelo con panel 4K UHD relativamente reciente. El gasto que conlleva comprar una nueva consola o una tarjeta gráfica de última hornada es importante, y es normal que muchos aficionados no puedan, o no quieran, gastar más dinero en una tele a la última.
Sabemos que tanto las nuevas consolas de Microsoft como las últimas tarjetas gráficas de NVIDIA tienen conectividad HDMI 2.1, y lo más razonable es que PS5 y las próximas tarjetas gráficas de AMD sigan sus pasos
Afortunadamente, podemos estar seguros de que el hardware de nueva generación nos ofrecerá una experiencia estupenda en cualquier televisor que no sea demasiado antiguo. Si tiene un panel 4K UHD y un HDR convincente nuestra experiencia debería ser muy satisfactoria. Y en un dispositivo Full HD es razonable esperar que al menos podamos disfrutar un refresco sostenido de 60 FPS en todos los juegos (crucemos los dedos para que sea así).
En cualquier caso, como os hemos propuesto desde el titular, el objetivo de este artículo es indagar en los televisores que están preparados para sacar el máximo partido a las capacidades del nuevo hardware para juegos. Y esto nos coloca frente a una pregunta: ¿qué características debe tener una tele capacitada para prometernos esto? En el momento en el que estamos preparando este artículo tenemos información detallada acerca de las tarjetas gráficas GeForce RTX 3000 y de las consolas Xbox Series X y S, pero no acerca las próximas tarjetas RDNA 2 de AMD, y echamos de menos algunos datos más acerca de PlayStation 5.
Sabemos que tanto las nuevas consolas de Microsoft como las últimas tarjetas gráficas de NVIDIA tienen conectividad HDMI 2.1, y lo más razonable es que PS5 y las próximas tarjetas gráficas de AMD sigan sus pasos. Por esta razón, estas son las características que deben tener los televisores que necesitamos si queremos que el hardware de nueva generación nos ofrezca la mejor experiencia posible:
Conectividad HDMI 2.1 Frecuencia de actualización variable (VRR) Modo automático de baja latencia (ALLM) Un panel 4K UHD u 8K con un refresco nativo de 120 Hz Soporte HDR (idealmente compatibilidad tanto con Dolby Vision como con HDR10 ) Un tiempo de respuesta y una latencia de entrada lo más reducidos posible
Una de las innovaciones más relevantes que nos propone la norma HDMI 2.1 frente a la revisión 2.0 es la velocidad de transferencia máxima que pueden alcanzar los enlaces que la implementan, que pasa de los 18 Gbps de esta última a unos mucho más jugosos 48 Gbps. Este incremento de 30 Gbps permite a HDMI 2.1 transportar señales de vídeo con resolución 4K UHD y una cadencia de 120 Hz, o bien 8K a 60 Hz, entre muchas otras combinaciones.
La norma HDMI 2.1 soporta el espacio de color BT.2020 con codificación de 10, 12 y 16 bits
Estas son las resoluciones y las cadencias de imágenes por segundo más ambiciosas que admite la nueva iteración: 4K@50/60 Hz, 4K@100/120 Hz, 5K@50/60 Hz, 5K@100/120 Hz, 8K@50/60 Hz, 8K@100/120 Hz, 10K@50/60 Hz y 10K@100/120 Hz. Es importante que tengamos en cuenta que para transportar señales 4K@120 Hz y 8K@60 Hz es imprescindible que utilicemos uno de los nuevos cables HDMI con certificación Ultra High Speed.
Por otro lado, en lo que concierne a la colorimetría la especificación HDMI 2.1 soporta el espacio de color BT.2020 con codificación de 10, 12 y 16 bits. Además, también incorpora la tecnología de compresión de la señal de vídeo sin pérdida de calidad VESA DSC 1.2a, que nos permite alcanzar resoluciones superiores a 4K@50/60 Hz y 8K@60 Hz con codificación de color 4:2:0 de 10 bits, como, por ejemplo, 8K@120 Hz y 10K@120 Hz.
La tecnología VRR (Variable Refresh Rate) forma parte del listado de innovaciones contempladas por la norma HDMI 2.1, pero algunos televisores nos la proponen a pesar de no implementar todas las prestaciones de este estándar. Esta característica es interesantísima para los aficionados a los videojuegos. Y es que gracias a ella podemos obtener unas imágenes más suaves y fluidas, lo que tiene un impacto profundo y muy beneficioso en nuestra experiencia de juego.
El refresco adaptativo sincroniza las imágenes emitidas por la GPU del PC o la consola y las que reproduce el televisor
VRR es una técnica de refresco adaptativo emparentada con AMD FreeSync y NVIDIA G-SYNC, dos tecnologías con las que están familiarizados los jugadores de PC. Su propósito es sincronizar las imágenes emitidas por la GPU del PC o la consola y las que reproduce el televisor, lo que nos ayuda a combatir unos defectos tan molestos como el tearing y el stuttering.
El primer defecto gráfico provoca que la imagen quede deformada por una línea que la atraviesa horizontalmente de un extremo al otro, y el segundo induce la aparición de unos pequeños saltos en la cadencia de imágenes que reducen la fluidez y pueden arruinar nuestra experiencia. Algunos televisores de última hornada son compatibles con FreeSync o G-SYNC, aunque LG ha optado por la que para los usuarios sin duda es la mejor opción por su flexibilidad: implementar ambas tecnologías.
Al igual que VRR, la tecnología ALLM (Auto Low Latency Mode) forma parte del listado de innovaciones contempladas por la norma HDMI 2.1, aunque algunos televisores la incorporan a pesar de no implementar todas las prestaciones de este estándar. Es muy atractiva para jugar porque consigue reducir sensiblemente la latencia, que es el tiempo que transcurre desde que enviamos a la consola o el PC una señal desde nuestro mando de control hasta el instante en el que esta se refleja en el televisor.
El modo automático de baja latencia hace posible que el dispositivo que tenemos conectado envíe una señal a nuestro televisor que le indica que debe activar el modo para juegos de forma automática, evitando así que deba ser el usuario el que tenga que hacerlo manualmente. Al habilitar este modo el televisor desactiva buena parte del procesado de la imagen, una estrategia muy eficaz que permite a los dispositivos más ambiciosos ofrecernos una latencia de entrada inferior a 10 ms.
Actualmente todos los televisores de gama alta, y la mayor parte de los dispositivos de gama media, incorporan un panel con una velocidad de actualización nativa de 120 Hz. La combinación de esta frecuencia de refresco y de alguna de las tecnologías de sincronización adaptativa de las que hemos hablado unos párrafos más arriba no nos ofrece solo un movimiento más suave; también consigue reducir perceptiblemente la latencia de entrada, lo que pone en nuestras manos un control sensiblemente más preciso.
Si nos ceñimos a su rendimiento con juegos, que es lo que nos interesa en este artículo, ninguna de estas tecnologías consigue imponerse en todos los frentes a la otra. Los paneles OLED tienen características muy atractivas para los jugones que van más allá de su calidad de imagen, como, por ejemplo, un tiempo de respuesta muy bajo que minimiza el desenfoque de movimiento (motion blur). Pero algunos televisores con panel LCD los superan por su mayor capacidad de entrega de brillo, lo que les permite reproducir un HDR más espectacular. Esta tabla resume las ventajas y los inconvenientes de estas tecnologías ciñéndonos a su rendimiento con juegos:
OLED | LCD/QLED | |
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CONTRASTE NATIVO (MEJOR OLED) | La capacidad autoemisiva de luz de los diodos orgánicos permite a estos paneles entregar la mayor relación de contraste nativo. Sus negros son muy profundos. | El contraste nativo de los paneles LCD de tipo VA es alto, y puede verse reforzado por la retroiluminación FALD. Aun así, no consigue igualar la relación de contraste de los paneles OLED. |
ENTREGA DE BRILLO/HDR (MEJOR LCD) | La capacidad de entrega de brillo de los televisores OLED más ambiciosos raramente supera los 900 nits, que no está nada mal. Eso sí, la profundidad de sus negros establece un marco de referencia idóneo para que las regiones más luminosas del panel destaquen al reproducir contenidos HDR. | Los televisores con panel LCD y retroiluminación LED más ambiciosos pueden alcanzar una capacidad máxima de entrega de brillo cercana a los 2.000 nits en una región del 10% de la superficie del panel. Su HDR es espectacular, pero suelen sacrificar una parte del detalle en altas luces. |
COLORIMETRÍA (EMPATE) | Buena parte de los televisores OLED que podemos encontrar actualmente en las tiendas resuelve el color con mucha precisión, pero en este apartado no superan de forma clara a los mejores televisores con panel LCD y nanocristales. | Los televisores con panel LCD y retroiluminación LED que implementan las últimas innovaciones en tecnología de nanocristales consiguen cubrir de una forma muy amplia los principales espacios de color, pero con juegos no superan de forma manifiesta a los televisores OLED en este ámbito. |
TIEMPO DE RESPUESTA (MEJOR OLED) | Los subpíxeles de los paneles OLED consiguen cambiar de estado en aproximadamente 1 ms, por lo que su rendimiento en este terreno es equiparable al de los monitores para juegos. | Los subpíxeles de los paneles LCD más rápidos invierten en el cambio de estado entre 9 y 10 ms, una valor fantástico que, sin embargo, no consigue igualar el rendimiento de los paneles OLED en este ámbito. |
LATENCIA DE ENTRADA (EMPATE) | Este parámetro depende de los algoritmos de procesado de la imagen, y no tanto de la naturaleza del panel, por lo que no hay una superioridad clara de las matrices OLED en este ámbito. | Este parámetro depende de los algoritmos de procesado de la imagen, y no tanto de la naturaleza del panel, por lo que no hay una superioridad clara de las matrices LCD en este terreno. |
ÁNGULOS DE VISIÓN (MEJOR OLED) | La capacidad autoemisiva de los diodos orgánicos les permite dispersar la luz con mucha eficacia, arrojando unos ángulos de visión amplios y muy cercanos a los 180º. | Los ángulos de visión de los paneles LCD de tipo VA son claramente mejorables. Los paneles IPS rinden mucho mejor en este terreno, pero no consiguen igualar los sobresalientes ángulos de visión de los paneles OLED. |
ATENUACIÓN DE LOS REFLEJOS (EMPATE) | Este parámetro depende sobre todo de la eficacia con que la cobertura del panel minimiza los reflejos, por lo que no hay una superioridad clara de las matrices OLED en este ámbito. | Este parámetro depende sobre todo de la eficacia con que la cobertura del panel minimiza los reflejos, por lo que no hay una superioridad clara de las matrices LCD en este terreno. |
ATENUACIÓN DEL DESENFOQUE DE MOVIMIENTO (MEJOR OLED) | El mínimo tiempo de respuesta de los paneles con diodos orgánicos les permite minimizar con mucha eficacia el desenfoque de movimiento. | Los paneles LCD arrojan un tiempo de respuesta sensiblemente superior al de los dispositivos OLED, lo que los coloca en una posición de desventaja en este ámbito. Aun así, los algoritmos de gestión del movimiento pueden minimizar el desenfoque con eficacia. |
RETENCIÓN DE IMÁGENES (MEJOR LCD) | Los paneles OLED pueden verse afectados a largo plazo por la retención de imágenes en aquellas zonas de la pantalla expuestas a altos niveles de brillo y en las que se ha mantenido de forma estática un mismo contenido, como un logotipo o los marcadores de los juegos. | Los paneles LCD son esencialmente inmunes a la retención de imágenes, incluso cuando se reproduce en una misma área un mismo contenido durante mucho tiempo, por lo que es poco probable que aparezca retención de imágenes a largo plazo. |
Actualmente no abundan los televisores que cumplen todos los requisitos en los que hemos indagado en este artículo. Y no lo hacen porque hasta ahora pocas marcas han apostado de una forma clara por implementar en sus dispositivos la norma HDMI 2.1 completa. LG es el fabricante que se ha mojado con más contundencia; de hecho, todos sus televisores OLED de 2019 y los modelos LCD LED de gama media y alta de ese mismo año incorporaron conectividad HDMI 2.1. Afortunadamente, los de este año mantienen ese compromiso.
Samsung comenzó implementando parcialmente la norma HDMI 2.1 en sus televisores QLED de gama alta de 2019, y este año sus sucesores nos proponen una implementación completa de esta norma, pero habitualmente en solo uno de los cuatro puertos HDMI que incorporan. Y Sony, que es la tercera compañía que ha apostado por introducir ya la norma 2.1 completa en sus televisores, por el momento solo la ha implementado en dos modelos: en los mismos dos dispositivos de los que os vamos a hablar en este artículo.
Este televisor tiene una baza potente a su favor: es uno de los modelos con soporte completo de la norma HDMI 2.1 más económicos que podemos encontrar actualmente. Eso sí, solo nos ofrece esta conectividad en dos de los cuatro puertos HDMI que incorpora. Recurre a un panel LCD de tipo IPS con retroiluminación Full Array LED e implementa la última tecnología de nanocristales de LG.
Además, no tiene solo las tecnologías VRR y ALLM; otro punto a su favor consiste en que es compatible con FreeSync de AMD. Es una lástima que no lo sea también con G-SYNC, de NVIDIA, y, sobre todo, que además de ser compatible con Dolby Vision y HDR10 no lo sea también con HDR10 .
LG NANOCELL 866NA | |
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PANEL | LCD LED IPS 4K UHD de 10 bits con relación de aspecto 16:9 |
RESOLUCIÓN | 3.840 x 2.160 puntos |
REFRESCO NATIVO | 120 Hz |
RETROILUMINACIÓN | Full Array LED (local dimming) |
PUERTOS HDMI 2.1 | 2 de 4 |
VRR | Sí |
ALLM | Sí |
HDR | Dolby Vision, HDR10 y HLG |
PRECIO | 719 euros (49 pulgadas) |