El río sonaba, y agua llevaba. Hace semanas que apuntábamos a un nueva adquisición multimillonaria en el mercado de los semiconductores, y esta se ha confirmado: AMD ha comprado Xilinx por 35.000 millones de dólares, que AMD pagará en forma de acciones de su compañía.
Esta operación convierte a AMD en un notable competidor en el sector de los FPGAs y los SoC (System-on-Chip) preparados para industrias especializadas como la de la automoción, la aeroespacial, la militar o los centros de datos.
AMD se refuerza por tanto en el ámbito empresarial con una adquisición realmente llamativa que rivaliza con la reciente compra de ARM por parte de NVIDIA por 40.000 millones de dólares.
El acuerdo, como explican los responsables de AMD en el anuncio oficial, "amplía significativamente la amplitud de la cartera de productos y el conjunto de clientes de AMD a través de diversos mercados en crecimiento donde Xilinx es un líder establecido"
La compra supone una apuesta de futuro muy interesante para AMD, que hasta ahora se había centrado especialmente en soluciones para usuario final pero que con la adquisición de Xilinx se meterá de lleno en sectores e industrias altamente especializadas.
Eso podría plantear una nueva era de crecimiento para una AMD que ha tenido un año destacable con el lanzamiento de sus Ryzen 4000 para portátiles, sus Ryzen 5000 para PCs de sobremesa y la presentación mañana de sus nuevas tarjetas gráficas dedicadas de la serie Radeon RX 6000.
AMD sigue estando en muchas métricas por detrás de su gran competidor, Intel. En The Wall Street Journal señalan cómo Intel cuenta con 10 veces el número de empleados de AMD y tuvo unos ingresos de 71.900 millones de dólares en 2019 comparados con los 6.700 millones de AMD; pero esta adquisición cambia el panorama de futuro y de hecho mete a AMD de lleno en el sector de los FPGAs en el que precisamente Intel también está muy involucrado.
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