Los responsables de la célebre lista Top500 con los supercomputadores más potentes del mundo han publicado la tradicional edición de noviembre de esa clasificación, y hay un detalle llamativo: el más potente de todos ellos es Fugaku, un supercomptuador que está basado en procesadores ARM.
Con sus 442 petaflops, Fugaku vuelve a liderar una carrera que en 2021 nos traerá por fin el esperado supercomputador exascale con el que se superará una potencia de un exaflop (1.000 petaflops). El segmento sigue dominado por procesadores x86 de Intel y AMD, pero ARM comienza a ganar enteros y en los próximos años se esperan más y más supercomputadores con chips basados en esta arquitectura.
Jack Dongarra, uno de los máximos responsables de confeccionar esta lista, indicó que en 2020 se ha apreciado cierto "aplanamiento de la curva de rendimiento" debido a la ralentización de la Ley de Moore y la desaceleración en el ritmo de sustitución de viejos sistemas.
Aunque hay límites físicos en tecnología de procesadores, explicaba, hay margen de maniobra de sobra para crecer. "No solo se trata del procesador: estamos adaptándonos y desarrollando mejores algoritmos y sistemas software para gestionar la situación".
Los primeros sistemas exascale llegarán previsiblemente en 2021. Uno de ellos será el supercomputador Frontier de Cray Inc instalado en el Oak Ridge National Laboratory, en Estados Unidos, y que hará uso de chips de AMD.
China tiene ya tres proyectos exascale en marcha y se espera que uno de ellos debute el año que viene. En Europa vamos algo más lentos, y se están poniendo en marcha proyectos "pre-exascale" con diseños que luego pueden ser escalados para alcanzar esos rendimientos.
A finales de 2021 podría haber ocho de esos sistemas en Europa, y uno de ellos es el que Finlandia tendrá con un supercomputador de 550 petaflops a través de una inversión europea de 135 millones de euros.
Aunque los procesadores con arquitecturas x86/x86-64 dominan este segmento el avance de ARM ha sido interesante, sobre todo con la aparición de ese supercomputador japonés que ha desarrollado Fujitsu y en el que se usan sus propios procesadores ARM A64FX.
En ese gigantesco supercomputador situado en el RIKEN Center for Computational Center (R-CCS) de Kobe encontramos nada menos que 7.630.848 núcleos de proceso, y gracias a ello Fugaku triplica la potencia del segundo clasificado, el supercomputador estadounidense Summit con 148 petaflops.
Los expertos aseguran los chips x86 dominarán este segmento durante los próximos cinco años, pero las propuestas ARM están comenzando a llamar la atención. Los propios responsables de ARM indicaban en junio de 2019 cómo hay varios sistemas ya en la lista Top500 y se espera que el atractivo de estos sistemas vaya ganando enteros.
De hecho las promesas y expectativas que ha generado la adopción de chips ARM en los nuevos Mac mini, MacBook Air y MacBook Pro 13" con los procesadores Apple M1 confirman ese renovado interés por una arquitectura que hasta ahora se ha limitado a nuestros dispositivos móviles, pero que plantea una revolución tanto en la informática de sobremesa como en la supercomputación. El tiempo dirá hasta dónde pueden llegar estos diseños.
Vía | TechTarget
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