Llegó el día, el primer camión autónomo del mundo sin conductor de seguridad salió a una carretera pública a entregar mercancía, y a pesar de las apuesta no fue Tesla ni Uber, sino Einride, una compañía sueca con apenas tres años de vida que ahora mismo está atrayendo las miradas de todo el mundo.
La hazaña se consiguió en una carretera pública en Suecia, donde por primera vez se autorizó que un camión autónomo sin cabina para un conductor pudiera circular para entregar mercancía. De hecho, este permiso por parte de las autoridades suecas es un hito importante.
Robert Falck es la mente maestra detrás de Einride, es actualmente su fundador y CEO y antes de esto formó parte de Volvo, donde aportó su visión acerca del futuro de la movilidad, y cuyo objetivo es tener vehículos eléctricos y autónomos que permitan automatizar tareas, como la entrega de mercancía.
Como principal inversor de Einride tenemos a Marc Llistosella, ex jefe de camiones en Daimler Asia y quien confió plenamente en la visión de Falck. De hecho, a día de hoy, Einride sigue buscando financiación y nuevas alianzas, ya que debido a su corta vida y pocas demostraciones de su capacidad, los inversores aún se muestran incrédulos ante la nueva compañía.
Einride nació en 2016 y para el verano de 2017 ya tenían listo el primer prototipo de camión autónomo eléctrico, el T-pod, del que posteriormente mostraron la versión que entraría a producción, la cual contaba con la peculiaridad de no tener cabina para un conductor y contar con un diseño futurista.
En 2018, Einride presentó el T-log, una variante de su camión centrada en el transporte de madera y que es una adaptación del T-pod, ya que mantiene muchas de sus especificaciones y tecnología, la única diferencia son ajustes en el diseño y una capacidad todoterreno, ya que la idea es que pueda circular por terrenos difíciles.
Falck afirma que Einride es una compañía centrada en el software y la operación, por lo busca crear alianzas con fabricantes interesados en adquirir su plataforma de conducción autónoma, la cual desarrollaron desde cero.
El camión T-pod es a día de hoy la creación principal de Einride, ya que no es camión cualquiera, ni en diseño ni en capacidades, es más pequeño que un camión de carga normal pero en su diseño se planteó el no tener cabina, lo que hace que tenga más espacio de carga en un tamaño reducido.
El T-pod mide apenas 7 metros de largo y soporta hasta 20 toneladas de mercancía para transportar. En su interior cuanta con un motor eléctrico y una batería de 200 kWh para una autonomía de hasta 200 kilómetros por carga, mientras que su velocidad máxima, que está limitada electrónicamente, es de 85 km/h.
Según la compañía, T-pod reduce los costes de operación para el transporte de mercancías en aproximadamente un 60% en comparación con un camión diésel con conductor.
La plataforma de conducción autónoma es de desarrollo propio de Einride y se basa en la tecnología Nvidia Drive, la cual se encarga de procesar en tiempo real los datos que recogen los sensores, radares, cámaras y LIDAR con los que cuenta el camión. Gracias a esto, el T-pod es el primer camión del mundo con certificación de autonomía SAE nivel 4.
Otro de sus puntos fuertes es que se trata de un camión conectado a través de 5G, lo que hace que un operador pueda controlar y supervisar a distancia hasta 10 camiones de este tipo al mismo tiempo.
El 15 de mayo de 2019, el primer y único T-pod de Einride salió a una carretera pública a convivir con otros vehículos tradicionales, sin conductor y a entregar mercancía, es decir, no se trataba de una prueba en sí, sino de una operación real en el mundo real y bajo condiciones reales. La primera vez que ocurría algo así.
Para lograr esto, Einride tuvo que negociar durante varios meses con el gobierno sueco para conseguir el permiso de operación, algo que no fue sencillo y que, a decir verdad, está muy limitado, ya que el objetivo es no provocar accidentes en lo que Einride demuestra que su camión es seguro y puede operar sin contratiempos.
Por ello, el permiso de circulación que obtuvo Einride contempla que su T-pod sólo puede ir a una velocidad máxima de 5 km/h, sí, cinco. Sólo puede realizar viajes cortos entre un almacén y una terminal usando un mismo carril en todo momento sobre una vía pública en la zona industrial de Jonkoping, en el centro de Suecia. Dicho permiso estará vigente hasta finales de 2020, cuando Einride estará en posición de renegociar de acuerdo a los resultados.
Eso sí, Falck mencionó que el próximo año buscará nuevos permisos que le autoricen circular por nuevas vías públicas.
Para conseguir esto, Einride consiguió el apoyo de la empresa de logística DB Schenker, la cual estará usando el T-pod para transportar las diversas mercancías y productos de sus clientes. Por otro lado, Ericsson y Telia también contribuyeron con esto al instalar dos nuevas torres en esta carretera para proporcionar conexión 5G, la cual servirá para monitorizar el camión durante todo sus trayectos.
Einride afirma tener acuerdos con compañías como Lidl, Svenska Retursystem y cinco de las 500 empresas minoristas de la lista Fortune, con quienes espera empezar a trabajar en los próximos meses para transportar sus productos.
El objetivo de Einride es ambicioso, ya que en 2020 buscan tener al menos 200 T-pod operando. Y para conseguir esto la compañía ya está planeando su expansión a Estados Unidos. "El punto de partida para los vehículos autónomos es Estados Unidos. Creo que es el primer mercado a escalar cuando se trata de vehículos autónomos", aseguró Robert Falck.
Fotos | Linneakornehed
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