"Usted está teniendo problemas. Hasta luego". Con esta locución grabada con acento argentino se cuelgan automáticamente las llamadas realizadas a BQ. Ninguno de los departamentos atiende al teléfono de la empresa. Tras ser vendida a un grupo vietnamita a finales de 2018 por las inasumibles pérdidas con que cerró el ejercicio de 2016 y la llegada de fabricantes chinos low-cost que terminaron de arrinconarles en el mercado, lo que quedaba de BQ se ha evaporado en las últimas semanas. Tras la venta siguió comercializando teléfonos con su marca hasta marzo de 2019, y desde entonces se ocupaba de desarrollos de ingeniería para terceros, especialmente en segmentos como los routers, así como de seguir dando soporte a los propietarios de sus teléfonos. Hasta ahora.
La web está inactiva y derivan a comunicarse con ellos mediante una dirección postal, sus cuentas en redes sociales están abandonadas, los propietarios de algunos de sus smartphones no pueden dirigirse a nadie para hacer uso de su garantía, la propiedad de la empresa en Vietnam también se ha desentendido de los empleados y el teléfono corporativo despide las llamadas con una frase que parece una broma macabra. BQ simplemente ya no existe.
"Están liquidando la empresa, y desde hace dos meses los empleados que quedan en ella no cobran, pero no quieren irse por su cuenta, sobre todo los que más tiempo llevan, ya que podrían perder sus derechos y tendrían complicado recurrir al FOGASA en caso de que la empresa desaparezca adeudando nóminas", nos cuenta un exempleado que dejó la compañía a principios de año y que pide mantener el anonimato como condición para hablar con este medio. Como el resto de los que han accedido a participar en este reportaje. Otro exempleado que abandonó recientemente la empresa corrobora esta versión: "Están en concurso de acreedores y los que todavía no se han ido ni siquiera tienen trabajo que hacer, los vietnamitas han abandonado totalmente a la empresa".
La web de BQ, operativa hasta mediados de octubre, también servía para descargar actualizaciones de software de forma manual (los servidores para actualizaciones OTA empezaron a estar inactivos el 8 de octubre). Con esta idea escribió Jesús (nombre modificado), propietario de uno de sus dispositivos, a la dirección de correo de soporte de la marca; para pedir el archivo, ya que la web ya se clausuró. En los correos a los que hemos tenido acceso, el departamento de atención al cliente le remitía a la web de la empresa, y tras advertirles Jesús de que no funcionaba, simplemente le respondían que "lo lamentamos, no tenemos más alternativas".
La alternativa que pudiera quedar para que alguien asumiese reparaciones y puestas a punto estaba en Smart Labs, la empresa sita en la localidad madrileña de Rivas-Vaciamadrid que se encargaba de forma externa del servicio técnico de los dispositivos de la marca. No obstante, las respuestas a las peticiones de soporte para un BQ son respondidas desde el 12 de noviembre con un mensaje revelador:
"Lamentamos indicarle que con motivo de la situación financiera actual de la Empresa Mundo Reader, fabricante de los equipos marca BQ, Smart Labs se ve obligada a abandonar el Servicio Postventa que hasta la actualidad realizaba para los teléfonos y tablets BQ."
Algunos de los clientes que se han quedado sin soporte en dispositivos todavía en garantía han demandado a la empresa según nos cuentan varios todavía hoy empleados de BQ. No ha habido una comunicación oficial de ningún tipo por parte de la empresa para advertir de su cierre definitivo ni de la cancelación de su soporte, ni siquiera para esos usuarios que todavía tienen un dispositivo en garantía.
El usuario de HTCMania Raw Main ha ido recopilando de Google Cloud Storage y gracias a la caché de Google y Yandex los enlaces a los archivos de actualización de los terminales que el cierre de la web de BQ ?así como la de 'MiBQyyo'? dejó fuera del alcance de los usuarios. Es la única forma a día de hoy de que los que siguen usando uno de sus dispositivos puedan actualizarlos o incluso recuperarlos tras problemas con las actualizaciones que los dejen inservibles.
El desmantelamiento de BQ era en cualquier caso algo esperado desde hace meses. En abril, el BOE anunció la salida de Francisco Gómez-Zubeldia como consejero de la empresa. Gómez-Zubeldia es vicepresidente y consejero delegado de Diana Capital, entidad de capital riesgo que entró en el accionariado de Mundo Reader S.L; la empresa matriz de BQ, a finales de 2014, operación mediante la cual pasó a ostentar el 10% de la compañía a cambio de 15 millones de euros, algo que dejaba la valoración de la empresa en 150 millones de euros, cifra que superó con el aumento de su volumen de negocio y que se hundió tras 2017. Vingroup compró el 51% de la empresa por 36 millones de euros, dejando en algo más de 70 millones su valoración a finales de 2018. El cese de su consejero delegado como consejero de Mundo Reader supuso la materialización de la desvinculación de este fondo respecto al antiguo fabricante de teléfonos.
Aunque todavía no es oficial, varios empleados aseguran que la empresa ha entrado en concurso de acreedores
El concurso de acreedores por parte de Mundo Reader SL todavía no está confirmado por el BOE ni por el BORME (el boletín del Registro Mercantil), pero varios empleados explican a Xataka de forma independiente que es una realidad y que no tardará en hacerse público, ya que hay proveedores con cobros pendientes además de los propios impagos de nóminas a los empleados.
De BQ solo queda BQ Educación, una división que sí sigue activa al margen de Mundo Reader SL y que cuando es requerida para contactar con la matriz deriva a la misma dirección postal que aparece en su web, lo cual puede entenderse en pleno 2020 como una invitación a no contactar con ellos. Esta división, que cabalga de forma independiente, fue revelada en multitud de entrevistas por parte de sus socios como la misión de BQ en tiempos de vacas gordas. Con esa vocación nacieron iniciativas de robótica infantil o impresión 3D, que también marcaron el carácter de la empresa desde sus inicios.
El motivo ulterior de esta situación, o al menos de lo que ha propiciado un final tan desastroso para una empresa que plantó cara a los gigantes tecnológicos en sus días grandes, está en la crisis económica ocasionada por la pandemia. Vingroup posee varias líneas de negocio que se han visto fuertemente afectadas por ella, como la de los supermercados Vinsmart, de su propiedad desde 2014, que han tenido que cerrar en masa. Vinfast, un fabricante de coches y motos en activo desde hace tres años, "pierde 300 millones de dólares cada seis meses" según fuentes próximas a Vingroup. Vinpearl, cadena de resorts y complejos turísticos, también se ha visto fuertemente sacudida desde marzo.
Vingroup, la propietaria de Mundo Reader SL, ha entrado en problemas financieros por la pandemia y ha decidido desentenderse de lo que quedaba de la empresa madrileña
Esta coyuntura ha llevado a Vingroup a cerrar varias divisiones, vender unas empresas y reestructuras otras. En el caso de los smartphones VSmart, se han abandonado los planes de venderlos en Europa, según nos explican fuentes cercanas al fabricante. En el caso de Mundo Reader, una especie de cierre repentino sin avisar a proveedores ni clientes, y ninguna presencia vietnamita en la sede madrileña.
"Cuando compraron la empresa había un montón de vietnamitas en la planta controlando el trabajo que hacíamos, supervisando todo. Ahora no hay nadie y tampoco nos pagan la nómina ni nos responden, hemos dejado de trabajar porque no hay nadie a cargo ni trabajo por hacer, y en algunas áreas no queda ni una sola persona", cuenta otro empleado.
Así termina la historia de BQ. Con una operación llevada a cabo desde Vietnam que deja un cráter en el lugar donde antes estaba un fabricante de móviles que diseñaba terminales con corazón Qualcomm desde Las Rozas.
Para la elaboración de este artículo hemos tratado de contactar con la empresa, con varios de sus socios fundadores y directores actuales, con Vingroup y con Smart Labs, sin haber obtenido respuesta por parte de ninguno de ellos. Otros tantos empleados y exempleados de BQ no han querido participar en este artículo prefiriendo mantenerse al margen.
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