Nintendo es una compañía habituada a recibir odio indiscriminado en redes con cada nuevo lanzamiento, con cada nuevo anuncio. Lo ignora y hace bien porque sabe que tiene su (muy abundante) público habitual, que buscan en su consola unas constantes presentes casi desde los tiempos de la NES: diseño visual accesible y reconocible, innovación jugable notoria pero no radical ni experimental, y accesibilidad total en las mecánicas. Y desde hace décadas, caras conocidas y franquicias recurrentes. Una constante que parece acentuarse con el paso del tiempo.
En el último Nintendo Direct ha quedado bien claro que, de una treintena de juegos y novedades presentadas, hay muy poco material completamente original o exclusivo. Repasemos los lanzamientos del evento (eliminamos novedades muy menores como la llegada de nuevos luchadores a 'Super Smash Bros. Ultimate'):
Fall Guys - Ultimate Knockout: Multiplataforma que llega con meses de retraso a Switch. Outer Wilds: Multiplataforma que salió hace un año en otras consolas. Legend of Mana: Remake multiplataforma. Stubbs the Zombie: Remake, posiblemente no exclusivo, pero hay que reconocerle la originalidad: procede de un clásico de culto de la primera Xbox. Star Wars Hunters: Semiexclusivo. Switch será la única consola que lo tenga, pero aparecerá también en Android e iOS. Detective Cliu - The Missing Heir y The Girl Who Stand Behind: Remakes de clásicos de Famicom. Tales from the Bordelands: Secuela multiplataforma que llega con notable retraso. Capcom Arcade Stadium: Recopilación de clásicos. Neon White: Exclusivo en consola, pero llegará también a PC. Plants vs Zombies. Battle for Neighborville: Secuela multiplataforma. SaGa Frontier Remastered: Remake multiplataforma. Apex Legends: Multiplataforma. Bravely Default II: Secuela exclusiva. No More Heroes 3: Secuela exclusiva. Miitopia: Remake exclusivo Mario Golf Super Rush: Secuela exclusiva. Ghosts'n Goblins Resurrection: Secuela / remake. De momento exclusivo, posiblemente multiplataforma en un futuro. The Legend Of Zelda Skyward Sword: Remaster exclusivo. Splatoon 3: Secuela exclusiva. Monster Hunter Rise: Secuela exclusiva. DC Super Hero Girls: Teen Power: Aparentemente exclusivo, pero perteneciente a una franquicia hiperexplotada, como 'Star Wars Hunters'.
Es decir, dejando aparte el tema de las exclusividades, que sigue siendo sorprendente que juegos como 'Apex Legends' o 'Tales from the Borderlands' lleguen a estas alturas a Switch, se ven pocos juegos que no pertenezcan a franquicias consagradas o no sean remakes o secuelas (hay hasta un recopilatorio).
Eso nos deja con una sola novedad estricta que no pertenece a serie previa ni es remake: el auténtico anuncio novedoso del Direct, 'Project Triangle Strategy' (título provisional), un RPG táctico de Square Enix en el que se destacaron sus innovaciones jugables en aspectos como las estrategias de ataque y los combates por turnos.
Sería una ingenuidad decir que esta falta de originalidad es un problema del catálogo de Nintendo, cuando claramente es un problema endémico de la industria. Las nuevas IPs son celebradas con entusiasmo por lo raras que resultan, y sus triunfos (por decir un par de casos de estilos muy opuestos, 'Fall Guys - Ultimate Knockout' y 'Ghost of Tsushima') son la excepción, no la norma. Las listas están copadas por nuevas entregas de 'The Last of Us', 'Doom', 'Call of Duty', 'Spider-Man' o 'Assassin's Creed'. Juegos extraordinarios en muchos casos, pero también de naturaleza significativa: secuelas, remakes o derivados de franquicias.
Pero lo cierto es que Nintendo tiene tal cantidad de franquicias de éxito en su haber que no es que las esté exprimiendo al máximo, es que se toma toda la calma del mundo en producir nuevas entregas de mitos absolutos como 'Metroid Prime', quizás uno de los juegos más prestigiosos de su historia. Posiblemente el problema de Nintendo es su tendencia al refrito de fórmulas de éxito. Si 'Mario Golf' funciona, apenas se toca su mecánica.
Esto pasa con sagas emblemáticas como 'Mario Kart' o 'Super Smash Bros.', entre muchas otras: de nuevo sin que eso sea un obstáculo para que los juegos resultantes sean estupendos, o extraordinarios incluso, la sensación a menudo es de "todo lo anterior más unos leves cambios". El último ejemplo, 'Bowser's Fury'. Junto a un remake literal de un juego de Wii U, otro título también estupendo, pero que sabe a ya jugado.
Esto no es una regla absoluta. De hecho, Switch lleva a sus espaldas unos cuantos títulos pertenecientes a grandes franquicias, cuya calidad e innovación está fuera de toda duda. Sin ir más lejos, las dos últimas entregas principales de las sagas más potentes de Nintendo, 'Super Mario Odyssey' y 'The Legend of Zelda: The Breath of the Wild', mantienen el justo equilibrio entre lo que esperamos encontrar y multitud de innovaciones. Lo que debería ser una perfecta secuela, vamos.
¿Es entonces esto un problema? ¿Puede acabar impactando en la imagen de Nintendo esta falta de originalidad? Recordemos que en la selección de nuestros compañeros de Vida Extra de los 27 mejores juegos de Switch en 2020, 18 eran secuelas o remakes. Y de ellos, algunos eran títulos decididamente menores, como '51 Worldwide Games' o 'Two Point Hospital,' y otros eran multiplataforma como 'Hades' o 'The Outer Worlds', es decir, que su originalidad no era mérito de Nintendo.
Existe una casi institucionalizada falta de originalidad en los lanzamientos de Nintendo, y que el último Nintendo Direct se encargó de corroborar, por activa y por pasiva (sustituyeron el anuncio de una secuela de 'Zelda' por un remake literal de un juego de 'Zelda' de Wii, y decepcionaron por no presentar un nuevo 'Metroid', que es, obviamente... una secuela). Pero a la pregunta de si esto puede suponer un problema, la respuesta es que no, porque Nintendo cuenta con el as en la manga de la exclusividad y de la propia marca Nintendo.
Dejando aparte un puñado de juegos multiplataforma (que en la mayoría de los casos se juegan primordialmente en otras consolas) y el filón indie, que Nintendo se ha encontrado un poco por casualidad (pero que está explotando estupendamente), los juegos de éxito de Switch son secuelas y remakes, sí... pero solo están en Switch, y son netamente Nintendo. Poco importa si 'Splatoon 3' será una secuela algo derivativa, una prolongación de un éxito pasado. Lo que importa es que solo se jugará en Switch y que llevará el sello Nintendo: se puede apostar por un mínimo de calidad, diversión y originalidad moderada.
Esa es la política actual de Nintendo: innovar y experimentar con pequeños pasos (de 'Super Mario Bros. 35', casi un trasteo bajo filosofía indie sobre una franquicia millonaria) mientras asegura el tiro comercial con refritos y secuelas más o menos previsibles. Y, por otra parte, reserva los pasos de gigante para sus entregas principales de Super Mario, Zelda, Animal Crossing o lo que toque.
¿Es un plan perfecto en un mundo ideal? No: en ese mundo ideal, habría retrocompatibilidad que nos permitiría jugar a títulos de Wii sin pasar de nuevo por caja, como pasará con 'The Legend Of Zelda - Skyward Sword'. Pero como negocio, a Nintendo le sirve para que el catálogo crezca y, sobre todo, que sus franquicias se consoliden como lo que ya hace años que llegaron a ser: mitos incombustibles (y por tanto, infinitamente reformulables) de la cultura popular.
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