'Wordle' es la nueva niña bonita de los juegos sencillos, directos y rápidos por internet. Si alguno de tus contactos en internet ha compartido recientemente un enigmático mensaje con unos recuadros de colores y un críptico código numérico, es el resultado de su partida diaria a 'Wordle'. Como otros fenómenos similares de los juegos online, como aquel 'Flappy Bird' que desquició a millones de personas hace unos años, 'Wordle' encuentra en su sencillez de manejo y lo esquemático de su concepto las mejores armas para haberse convertido en un éxito.
Sus reglas no son novedosas ni originales (se inspiran tanto en el mítico 'Mastermind' como en los crucigramas tradicionales), pero sí lo es su puesta en práctica, perfilada con una precisión fuera de lo común. Así se juega:
Hay que adivinar una palabra del idioma inglés de cinco letras (de las 12.000 que existen, se han seleccionado 2.500 más accesibles) en solo seis intentos Después de introducir la palabra y pulsar Enter, las letras de la palabra propuesta se colorean. En verde si has acertado letra y lugar, en amarillo si has acertado la letra pero está en otro lugar y sin colorear si la letra no está en la palabra. Además, el teclado que acompaña la web se ilumina con las letras que ya has usado para ayudarte. Eso sí, no hay pistas que indiquen si alguna letra se repite.
Y eso es todo. Así de sencillo y así de infeccioso.
El juego nació como un regalo del ingeniero de software Josh Wardle a su pareja, como un juego privado para entretenerse durante la pandemia. El título es un pequeño guiño a su apellido. Jugaron primero ellos, después la familia en un grupo de Whatsapp, donde comprobó lo adictivo que podía ser. En octubre de 2021, lanzó la web de 'Wordle'. Dos meses después, había 300.000 personaas jugando cada día.
Wardle no es ajeno a los fenómenos virales: en su día diseñó para Reddit dos acciones que se convirtieron en absolutos fenómenos: 'Place' y 'The Button'. En este caso, el experimento es aún más sencillo, pero.. ¿qué es lo que hace que 'Wordle' sea un éxito? Una de las claves, sin duda, está en que no permite que juguemos todo lo que queramos.
'Wordle' es implacable con su restricción de una palabra por día y jugador. Eso hace que las breves partidas al juego, en torno a los tres minutos, se puedan convertir en una rutina asequible para cualquiera, un pequeño paréntesis en las obligaciones diarias para intentar adivinar una palabra. Es algo que Wardle copió de propuestas como 'Spelling Bee', otro puzle lingüístico que solo plantea un desafío diario en el 'New York Times'.
La sencillez del diseño de la web, que claramente no quiere vender productos o recabar datos, sino simplemente proponer unos minutos de honesto entretenimiento, facilita la accesibilidad. Todo en el diseño de la web de 'Wordle' está orientado a facilitar la experiencia, lo que incluye la simpática posibilidad de compartir los resultados por redes sociales, expuestos además de forma especialmente críptica, visualizándose nuestra última partida pero sin las letras, y con el número de intentos sin más adornos.
A diferencia de lo que es habitual en estos casos, donde habría que loguearse para compartir los resultados, 'Wordle' crea una imagen que se puede copiar y pegar con facilidad y sin ceder datos. No hay restricciones a la competición online y, al no permitir más de una partida diaria, la competición se orienta más al "esto es lo que he conseguido" que al "lo he hecho mejor que tú porque he invertido más horas en ello". Un auténtico bálsamo en estos tiempos.
Foto de cabecera | George Dolgikh
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