Las interferencias causadas por el despliegue de la red 5G podría reducir la precisión de nuestras predicciones meteorológicas en un 30%. "Si echamos la vista atrás y buscamos un momento en que nuestra precisión en los pronósticos [meteorológicos] fuera aproximadamente un 30 por ciento menor que hoy en día, tendríamos que irnos a 1980", explicó la semana pasada Neil Jacobs, jefe interino de la NOAA, en el Congreso norteamericano.
Son palabras mayores y no lo dice un cualquiera, lo dice la persona responsable de hacer esos pronósticos en EEUU. En términos prácticos, según explicó, estamos hablando de dos o tres días menos para prepararse para un huracán o errores bastante importantes en cuanto a la ruta final de las tormentas. Hasta ahora no sabíamos las dimensiones de esa interferencia, pero con esto sobre la mesa la situación se hace insostenible.
Se vende licencie. Haciendo oídos sordos a la NOAA, a la NASA y a la Sociedad Americana de Meteorología, la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones de EEUU) comenzó a subastar la frecuencia de 24 GHz a operadores inalámbricos en los primeros meses de este año. Además de la decisión "estratégica" de apostar por 5G, detrás de la decisión también estaban los 2.000 millones de dólares que se podían sacar con la asignación de las 6.000 licencias pendientes.
¿Cuál es el problema? Básicamente que la frecuencia de 24 GHz está muy cerca de la frecuencia con la que nuestros satélites miden la evolución del vapor de agua en la superficie de la tierra (23,8GHz). Cuando el 5G esté operativo el ruido hará muy difícil medir cosas fundamentales del clima sencillamente porque los científicos no pueden mover la frecuencia. Por eso, los investigadores quieren que las autoridades mantengan el ruido bajo control. Ya sea moviendo la frecuencia, ya sea manteniéndola lo suficientemente 'baja' como para que moleste a los equipos.
¿Soluciones? Pocas, la verdad. En muchos lugares (como Europa) el debate no está en marcha a la espera de la gran conferencia de radio que se celebrará en Egipto y que intentará regular esta tecnología a nivel global. No obstante, la política de hecho consumados de EEUU mediatiza cualquier decisión que se pueda tomar en la cumbre. Lo que está claro es que el 5G está resultando ser una de las tecnologías más conflictivas de los últimos años.
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