Si no puedes con el enemigo, únete a él. Ese parece ser el nuevo mantra oficioso d euna empresa que durante bastante tiempo parecía estar perdiendo fuelle y que con el liderazgo de Pat Gelsinger ha cambiado su enfoque: quieren volver a ser un gigante de los semiconductores, pero además uno que también apoye y fabrique soluciones de terceros.
La empresa ha anunciado un fondo de 1.000 millones de dólares destinados a ayudar a empresas del sector de los semiconductores, incluidas aquellas que desarrollan soluciones con arquitecturas ARM y, atención, RISC-V. En este último caso la apuesta va a más, sobre todo porque Intel se ha unido a la asociación RISC-V International que supervisa la hoja de ruta de esta arquitectura Open Source.
El fondo de inversión de 1.000 millones de dólares que servirá para ayudar a que todo tipo de empresas puedan aprovechar sus Intel Foundry Services (IFS), que son en esencia todos sus recursos de desarrollo y sobre todo fabricación de semiconductores... aunque no sean chips x86.
El avance de RISC-V es aún modesto frente a las soluciones que actualmente existen tanto en el mundo ARM como en el x86, pero el hecho de que se trate de una arquitectura abierta y sin royalties está atrayendo a cada vez más sectores de la industria. Intel no quiere perderse la oportunidad de aprovechar el tirón, y ha hecho movimientos estratégicos para apoyar RISC-V.
La inversión está destinada a impulsar startups con ideas disruptivas, a ayudar a que sus partners puedan crecer y a apoyar a todos los clientes de sus IFS. La idea es básicamente una inyección económica para que terceras partes que antes quizás habrían acudido a otras 'foundries' (TSMC, Samsung, Global Foundries) ahora sepan que tienen en Intel a un socio con muchas ganas de hacer las cosas bien y ayudar.
La intención de Intel es además meterse mucho más de lleno en el futuro de RISC-V. Al anuncio del fondo de inversión se le une el hecho de que la asociación RISC-V International ha dado la bienvenida a Intel como miembro de primer nivel y también participará en el consejo de dirección.
Que Intel haya acabado entrando en este consorcio recuerda en cierta medida a cómo Microsoft ha pasado del odio al amor por Linux: la empresa liderada por Satya Nadella también abrió sus puertas a soluciones que antes competían con ella, y en Intel parecen estar siguiendo esa filosofía.
Queda por ver qué sale de esa apuesta, pero desde luego esto supone un interesante apoyo para la arquitectura RISC-V, que poco a poco va siendo reconocida como una alternativa real de futuro en diversos ámbitos.
Vía | Tom's Hardware
Más información | Intel
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