Noviembre de 1998. El dominio google.stanford.edu mostraba en pantalla un buscador con letras que parecía hechas con globos de colores. El buscador de Sergey Brin y Larry Page iniciaba sus pasos, y lo hacía con un botón curioso en su parte inferior derecha: 'Voy a tener suerte' ('I'm feeling lucky').
Aquel botón nos ha acompañado en los últimos 25 años, pero desde su concepción original mucho ha cambiado en un buscador que de hecho ha hecho que el 'Voy a tener suerte' acabe siendo irrelevante. Muy poca gente lo utiliza y de hecho Google pierde dinero con él, así que ¿por qué siguen usándolo?
La idea original del botón 'Voy a tener suerte' era tan simpática como toda la imagen que nos transmitían los proyectos de Google. Era un tiempo de betas que no parecían betas de lo buenas que eran. De servicios gratuitos que parecían una broma del día de los inocentes como Gmail.
Google lo hacía todo bien. Solo había amores. Los odios llegarían después. Y entre sus ideas buenrollistas estaba ese botón que tenía como objetivo llevarnos al primer resultado de la búsqueda sin pasar por la página de resultados.
Aquel botón tenía un halo de esperanza en que todo podía ir bien. Incluso las búsquedas de un motor que por entonces comezaba a dar sus pasos y lo hacía sin segundas. Sin (apenas) publicidad. Uno se fiaba bastante de que lo que mostraba Google era lo mejor que podía mostrarnos internet, algo que ahora ya no está nada claro.
Aquel botón pronto acabó quedándose en un curioso segundo plano. Marissa Mayer declaró en 2007 que solo un 1% de las búsquedas acababan pasando por ese botón, y análisis internos revelaron también entonces que el botón 'Voy a tener suerte' le costaba a la empresa más de 100 millones de dólares al año: lógico, al usarlo no mostraban la página de resultados y la publicidad asociada a esa página.
¿Por qué entonces mantenerlo? Hay quien sostiene que la característica se mantiene como una reliquia de tiempos pasados, sobre todo tras la introducción de 'Instant Search' ?más tade abandonada? y del Knowledge Graph. Ya sabéis: la opción que ha convertido a Google en el oráculo que hace que parezca que no necesitemos (mucho) a quienes realmente dan las respuestas a nuestras preguntas. Ya no hace falta salir de Google.
De hecho el botón 'Voy a tener suerte' puede parecer hasta amenazador. "¿De verdad me voy a fiar de un resultado al azar elegido por Google?" La cosa desde luego toma tintes interesantes cuando quien suscribe acaba de meter la pregunta de "¿De dónde venimos?" en el buscador. ¿Qué me ha respondido el botón 'Voy a tener suerte? Que vaya a Amazon y me compre un libro de educación sexual para adultos y niños con ese mismo título. Argh.
El botón es considerado ahora con otras connotaciones. Es como si Google quisiera seguir molando, cuando el botón es la expresión última de la manipulación de los resultados. Teniendo en cuenta lo mucho que Google controla las búsquedas, pensar en que este botón mantenga su inocencia original parece difícil.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Queens en Canadá fueron más allá. En 2008 publicaron un estudio titulado 'El síndrome del Voy a tener suerte', y en él explicaban como ese síndrome estaba definido por la creencia de que una búsqueda pudiera tener respuesta en un único sitio web. Como si Google quisiera ofrecernos esa sensación de que estamos bajo control.
No lo estamos.
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