En cierta ocasión Steve Jobs se reunió con Larry Page, co-fundador de Google, y le dio un consejo: "tenéis demasiados productos", le dijo. "Identificad en qué sois buenos y centraos en eso". En Google no parecieron hacerle mucho caso, pero aquel discurso podría ser válido para otras muchas empresas tecnológicas. Por ejemplo, para Xiaomi y su división Redmi.
¿Por qué? Pues porque el catálogo de los Redmi se ha convertido en un absoluto caos. Uno que no solo peca de ofrecer demasiados modelos: el problema real es que todos ellos se parecen demasiado, y eso genera confusión. Bien por las opciones, Redmi, pero esto es demasiado.
Hasta no hace mucho, recomendar un móvil bueno, bonito y barato no era del todo difícil. Hoy hacerlo, sobre todo en el caso de los Redmi, es todo un reto.
Lo es porque Xiaomi, que ya pecaba de esto mismo hace tiempo con su gama Mi (ahora sin ese prefijo), ha repetido el mismo error con los Redmi. El fabricante lleva años añadiendo modelos y variantes sin que sea fácil identificar qué diferencia a unos de otros y qué tipo de usuario es el que puede sacar mayor ventaja de cualquiera de ellos.
Ese problema no existía en generaciones anteriores: un Redmi Note 9 y un Redmi Note 9 Pro eran muy distintos. Sin embargo nuestra queja se ha agravado hoy con la presentación de los Xiaomi Redmi Note 11 Pro+ 5G, los Xiaomi Redmi Note 11S 5G y, ya puestos, los Xiaomi Redmi 10 5G que renuevan la gama del año pasado.
Es cierto que una rápida consulta a las tablas de características puede aclarar algunas dudas, pero la existencia de tantos modelos de una misma familia complica las cosas en lugar de facilitarlas.
Está bien tener cierta segmentación para que los usuarios puedan descartar opciones que no quieren (o contar con las que sí aprovecharán), pero en los Redmi esa segmentación se difumina: es difícil identificar el mejor modelo para cada usuario, porque las diferencias son mínimas.
Según el sitio web oficial de Xiaomi, hasta hoy existían nueve modelos distintos de la gama Redmi Note que tenían precios que oscilaban entre los 199,99 y los 369,99 euros.
A partir de hoy ese número se amplía a once modelos, a los que se añaden los siete modelos de la gama Redmi, más modestos y baratos por norma general. Hasta hoy había seis variantes, pero como decíamos ahora se suman los citados Xiaomi Redmi 10 5G.
En total la familia Redmi cuenta oficialmente con 18 teléfonos inteligentes apelotonados en una franja de precios bastante ajustada. Y eso que solo hablamos de los "oficiales": dejamos de lado modelos más antiguos que se siguen pudiendo encontrar a la venta en otros canales.
Y mejor no hablar de las variantes solo disponibles en China: el Xiaomi Redmi Note 11, por ejemplo, es distinto del Xiaomi Redmi Note 11 de China. ¿Inexplicable? No para la empresa, parece.
El caso es que eso genera un problema, porque a partir de ahí un puede jugar a buscar las diferencias entre el Redmi Note 10 y el Redmi Note 11, más moderno pero que por alguna indescifrable razón cuesta lo mismo, 199,99 euros. Algo parecido ocurre con el Redmi Note 10 Pro y el Redmi Note 10S, que cuestan 299,99 euros, o entre el (reciente) Redmi Note 11S y el Redmi Note 10 5G, que también cuestan lo mismo, 249,99 euros.
Que haberlas (las diferencias), haylas, claro. El apellido 5G al menos ayuda a saber que uno de los factores diferenciales está en el soporte de la conectividad.
Sin embargo los números (10, 11) no acaban de orientar demasiado aun hablando de que estamos ante la generación del año pasado o la de este. Menos aún ayudan los apellidos "Pro" "Pro+" o "S", porque cuando un "Pro" y un "S" tienen el mismo precio ?como hemos visto en el citado ejemplo anterior? es que aquí Redmi está haciendo las cosas mal.
La situación es tan estrambótica que las estrategias de las gamas Redmi Note ?los mejores gama media? acaban siendo atacadas también por los POCO. Tenemos un buen ejemplo: el Redmi Note 11 Pro 5G es el Poco M4 Pro 5G, pero más caro. Es sencillamente alucinante (y preocupante).
Que el catálogo de los Xiaomi Redmi (y de los Xiaomi en general) sea un pequeño caos con todas estas implicaciones haría pensar que esto podría perjudicar su negocio. Más aún: con tantos modelos a la venta, ¿no se canibalizan unos a otros?
Pues no. Los responsables de Xiaomi parecen tener claro que cada variante tiene su audiencia objetivo, y que incluso aquellos que coinciden en precio ofrecen a cada usuario distintas características que permiten tener un abanico aún más amplio de usuarios.
O lo que es lo mismo: más modelos permiten que los usuarios puedan tener ese modelo que se ajusta perfectamente a sus necesidades. Si es que logran identificarlo, claro.
Es curioso que Owen, responsable de Xiaomi en Europa, apuntaba en una entrevista en 2020 que Xiaomi acabaría sacando "menos móviles al mercado" con la progresiva desaparición de los modelos 4G, pero eso aún no ha ocurrido.
Lo cierto es que nuestra queja no parece tener demasiada importancia, al menos desde el punto de vista de negocio. Xiaomi va como un tiro, y el verano pasado logró superar a Apple en cuota de mercado y ya va tras los pasos de Samsung. En países como España ya la superó, de hecho.
Así pues, lo de lanzar más y más modelos a lo bestia puede parecer un error que nos confunde, pero a este fabricante la estrategia de inundar el mercado le está funcionando. Maldición.
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