Más vale tarde que nunca. Hideaki Nishino, uno de los máximos responsables del software de la última consola de Sony, ha confirmado en el blog de PlayStation que esta máquina recibirá esta misma semana la actualización que habilita la compatibilidad con la tecnología VRR (Variable Refresh Rate). Y no cabe duda de que es una buena noticia.
El PC nos propone desde hace mucho tiempo las tecnologías de refresco adaptativo G-SYNC, de NVIDIA, y FreeSync, de AMD, por lo que los usuarios conocemos muy bien el impacto positivo que tiene esta innovación en nuestra experiencia. Xbox Series X y S han puesto en nuestras manos esta tecnología desde su llegada, y PlayStation 5 debería haber hecho lo mismo. No ha sido así, pero, afortunadamente, la sincronización variable ya está a punto de llegar a esta consola.
Al igual que las otras tecnologías de sincronización adaptativa de las que hemos hablado en el párrafo anterior, VRR permite que nuestra consola de videojuegos y el televisor o el monitor al que la hemos conectado 'hablen' en tiempo real para sincronizar la tasa de imágenes que entrega la consola y la cadencia de fotogramas que el televisor o el monitor reproduce en un instante determinado.
Esto significa, sencillamente, que si la consola entrega en un instante concreto debido a las exigencias gráficas de un juego 45 FPS, nuestro televisor reproducirá en ese momento también 45 fotogramas por segundo. Y si un instante después la lógica gráfica de la consola consigue incrementar esa cadencia hasta los 60 FPS, el televisor aumentará automáticamente el refresco hasta los 60 Hz para preservar la sincronización entre ambos dispositivos.
La razón por la que es importante mantener la sincronía entre las imágenes que entregan las consolas de videojuegos o el PC y el televisor o el monitor al que los conectamos es que si no lo hacemos pueden aparecer dos defectos en las imágenes que pueden resultar molestos: el tearing y el stuttering.
La falta de sincronía entre nuestra PS5 y nuestro televisor puede provocar que aparezcan los molestos 'tearing' y 'stuttering'
El primero provoca que la imagen quede deformada por una línea que la atraviesa horizontalmente de un extremo al otro, y el segundo induce la aparición de unos pequeños saltos en la cadencia de imágenes que reducen la fluidez y pueden arruinar nuestra experiencia. En cualquier caso, lo importante es que la sincronización adaptativa consigue eliminarlos con mucha eficacia.
Una característica de la tecnología VRR que a los usuarios nos interesa conocer es que su rango de actuación oscila entre 40 y 120 Hz. Por esta razón, si en algún momento nuestra consola entrega menos de 40 FPS la sincronía se perdería. Afortunadamente, las versiones más avanzadas de las tecnologías de refresco adaptativo G-SYNC y FreeSync, y también la versión de VRR que nos propone la norma HDMI 2.1, implementan LFC (Low Framerate Compensation).
La solución que propone esta última tecnología para evitar que aparezcan defectos gráficos cuando las imágenes que entrega la consola quedan por debajo del rango de operación de VRR es ingeniosa. Y es que lo que hace es, sencillamente, refrescar dos veces cada fotograma renderizado por la consola para colocar la tasa de imágenes de nuevo dentro del rango de operación de la tecnología VRR.
De esta forma si, por ejemplo, nuestra PS5 debido a la alta carga gráfica que impone un juego en un instante determinado entrega 25 FPS a nuestro televisor, el LFC entraría en acción para refrescar dos veces cada fotograma. De esta forma la cadencia de imágenes se incrementaría hasta alcanzar los 50 FPS, lo que la colocaría dentro del rango de operación de la tecnología VRR. Y, por supuesto, en el momento en el que la consola vuelva a entregar 40 FPS o más el LFC dejaría de actuar porque ya no sería necesario.
Para concluir ya solo nos queda repasar qué necesitamos para sacar partido a la tecnología VRR que está a punto de llegar a PS5, o que ya está disponible en Xbox Series X y S. Y la respuesta es sencilla: un televisor o un monitor que nos proponga un soporte completo de la norma HDMI 2.1. La tecnología VRR forma parte de este estándar, y, afortunadamente, muchos de los televisores de las gamas media y alta que nos proponen LG, Samsung, Sony, Philips y Panasonic, entre otras marcas, para 2022 lo implementan.
Además, de la mano de HDMI 2.1 también van las tecnologías ALLM (el modo de baja latencia automático), QFT (Quick Frame Transport) y la posibilidad de transportar imágenes con resolución 4K UHD y una cadencia de hasta 120 FPS, entre otras innovaciones. Os las explicamos todas con detalle en este artículo dedicado a HDMI 2.1.
Un último apunte: algunos televisores, como los de LG, además de implementar el refresco adaptativo VRR vinculado a la norma 2.1 de HDMI nos proponen también G-SYNC de NVIDIA y FreeSync de AMD. Y no cabe duda de que cuantas más opciones tengamos a nuestro alcance los usuarios, mejor.
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