Una desbocada inflación, precios caros y perspectivas de futuro poco optimistas. No está el horno para bollos en lo económico, e ingeniárselas para ahorrar unos cuantos euros a final de mes no viene nada mal. En el último año, he sacado más partido que nunca a mi teléfono con este propósito, siendo más consciente que nunca en cómo el móvil puede cambiar el control de nuestras finanzas de una forma más que eficiente.
Quiero compartir con vosotros cómo llevo el control de mis cuentas, las apps que uso, las que he descubierto, y lo sencillo que acaba siendo ahorrar unos valiosos euros a final de mes tan solo utilizando mi teléfono.
En el mundillo de los neobancos empecé con Revolut, creándome una cuenta con el fin de no pagar comisiones cuando pagaba fuera de España. Con el tiempo se ha convertido en una herramienta mucho más útil, y es que las tarjetas virtuales que permiten este tipo de apps son el perfecto prepago. En mi caso uso Revolut, pero prácticamente cualquier app de neobanco comparte las funciones que voy a contar.
Mi cuenta de Revolut es, actualmente, el equivalente a dicha tarjeta prepago. Cada vez que quiero realizar un pago por internet de determinada cantidad, basta con enviar dinero a Revolut, crear una tarjeta virtual desechable (de un solo uso) y pagar con ella para que no se almacene ningún dato bancario ni en Google ni en la web en la que pago. Usar neobancos desvinculados de la cuenta principal, en la que tenemos el grueso de nuestro dinero, es también una forma de ser más comedidos con el gasto, al menos en mi caso.
Controlar cada gasto que hacemos puede resultar algo casi enfermizo, aunque hay quien lo lleva al dedillo. En mi caso, prefiero tener una fotografía global de todos mis gastos. Aquí hay múltiples aplicaciones como Speende, aunque yo utilizo la más simple de todas: Bobby. Bobby es una app para llevar al día las suscripciones que estamos pagando, pero nada impide introducir lo que pagamos de hipoteca o alquiler, gastos de luz, agua, etc..
En mi caso particular, me es más útil saber que si gano X, tras gastos dispongo de Y, para gestionar esa cantidad Y y repartirla entre ahorro, ocio y gastos imprevistos. Apps como Speende permiten registrar cada euro que gastas, una buena alternativa a la clásica contabilidad pormenorizada en programas como Excel.
Todo está caro, pero cada vez hay más apps para el ahorro diario. Si hablamos de la cesta de la compra, las apps de los supermercados son un gran aliado. Muchas de ellas tienen códigos de descuento, notifican sobre ofertas y nos permiten aliviar de cierta manera el coste de la cesta semanal.
Si hablamos de comer fuera de casa, aquí utilizo apps como El Tenedor tanto para descubrir nuevos restaurantes como para obtener importantes descuentos en los mismos. Esta es una app bastante desconocida en mi círculo más cercano, y ahorrar entre un 20 y un 40% en cada cuenta no es una cuestión menor.
No faltan tampoco apps como Waylet para ahorrar al repostar, así como algunas apps para conocer los precios de los combustibles en mi zona. Con el aumento de los precios de la gasolina, estas apps se actualizan con más frecuencia que nunca y tienen algo más de mimo que hace unos años.
Además de apps para comprar más barato o gestionar mi economía, también utilizo apps que me permiten ahorrar de otra forma. Los rastreadores de precios son una gran solución, y ahí Keepa es una herramienta perfecta que nos avisa cuando un producto de Amazon baja de precio. Podemos usarla mediante un bot de Telegram o mediante correo electrónico, una maravilla. También tiene extensión para Chrome, y te muestra el histórico de precios directamente en la página de producto de Amazon.
Utilizo Goin como app de cashback, no creía mucho en este tipo de plataformas, pero al final del año acabas con un importante desembolso. Básicamente, este tipo de apps te devuelven determinados céntimos por cada compra (supermercados, tiendas, etc.). No es difícil acabar el año con 20 o 30 euros que suponen una cantidad ridícula, pero que mejor en el bolsillo propio que en el ajeno.
.