Lo haga intencionadamente o no, Apple sabe como crear símbolos de estatus social. Sus MacBooks, sus iPad y desde luego sus iPhone lo han sido para muchos, y los últimos en plantear esa diferenciación han sido los AirPods.
Los célebres y exitosos auriculares inalámbricos de Apple han ido no obstante más allá, y se han convertido en la señal universal de "no molestar". La gente los lleva puestos a todas horas, y no porque estén escuchando música o atendiendo a una llamada: lo hacen para que les dejen en paz.
Los productos de Apple son polarizadores: hay quien los ama y quien los odia, y los AirPods no han sido una excepción. Desde que aparecieron en el mercado su elevado precio los convirtió en un accesorio que una vez más parecía identificar a quien los llevaba puestos como miembro de una pseudo élite tecnológica o social.
Top 10 richest people (Forbes 2018)
— michael (@m_chael) 22 de diciembre de 2018
1. Airpod users
2. Amazon CEO
3. Bill Gates
4. People who refuse to shop at Walmart
5. Mark Zuckerberg
6. Jay-Z
7. People who say "let's get this bread"
8. Floyd Mayweather
9. Oprah
10. People with "entrepreneur" or "?" in their bio
Los memes que nos inundan a diario se cebaron con estos dispositivos que se convirtieron de la noche al día en símbolo de estatus social tras ser adoptados de forma instantánea por celebridades y, aseguran muchos de quienes los critican, por gente que no solo quería usarlos, sino presumir de que lo hacía.
Es algo que ha ocurrido con otros productos de Apple en el pasado, y la mejor demostración es el iPhone. El año pasado la Universidad de Chicago publicaba un estudio sobre marcas de consumo y su relación con la riqueza en Estados Unidos: no hay un producto que indique un alto nivel de riqueza mejor de lo que lo hace el iPhone de Apple, apuntaban sus responsables en las conclusiones.
La aparición de los AirPods con estuche de carga inalámbrica ha confirmado el buen estado de forma de un dispositivo que para muchos son el mejor producto de Apple en los últimos años.
Un informe de Counterpoint Research mostraba hace pocas semanas cómo se estimaba que en el cuarto trimestre de 2018 Apple había vendido 12,5 millones de "wearables", como la firma de Cupertino las llama.
Su cuota de mercado es fantástica según esos datos, y ronda el 60% del segmento de auriculares inalámbricos a nivel global y hasta el 85% en Estados Unidos, donde Apple es mucho más protagonista aún. en Above Avalon lo dejaban claro: los AirPods se han convertido en un fenómeno viral.
El éxito de los AirPods es evidente, y su diseño, discutible o no, ha vuelto a "inspirar" a decenas de modelos de todo tipo de marcas ?entre ellas, cómo no, Xiaomi con sus AirDots Pro? que han seguido esas mismas líneas en sus auriculares inalámbricos.
Da igual que muchos lo hayan criticado. En Elle, por ejemplo, citaban las palabras de una de sus editoras que afirmaba que estos auriculares "Parecen estúpidos. No son lo suficientemente pequeños para ser discretos o elegantes. Son de plástico y espigados y me dan ganas de arrancarlos y tirarlos al suelo todo el tiempo".
Hay muchas más críticas y bromas en ese sentido como la del 'Sorry, I can't hear you over my AirPods' ('Lo siento, no te oigo con los AirPods puestos'), pero estos accesorios se han convertido al menos en Estados Unidos en el "símbolo de estatus de los millenials", decían en The Guardian. Han pasado de ser un meme constante -hasta hay un nombre para el fenómeno, "AirPod Flexing"- a un éxito rotundo en ventas y en un símbolo para muchos usuarios.
Pero aún hay más.
De un tiempo a esta parte estamos viendo cómo los AirPods se están utilizando de un modo diferente. Como una señal contundente de que quienes los llevan puestos no los llevan ya por usarlos o incluso por postureo, sino porque no quieren ser molestados.
En The Wall Street Journal ya hablaban de este fenómeno el pasado verano. En Estados Unidos detectaron cómo la gente ya no solo se pone sus AirPods para lo que fueron creados, sino que lo hacen además para enviar a los demás un mensaje claro: "perdona, pero no quiero que hables conmigo".
La práctica es cada vez más común, y hablaban de ella por ejemplo en BuzzFeed, donde varias de las personas entrevistadas contaban sus experiencias con gente que usaba los AirPods mientras les cortaban el pelo o les servían un café. La práctica se ha convertido en usual y parece dejar claro que esos usuarios de los AirPods no quieren ser molestados ni que se dirijan a ellos.
En The Atlantic iban algo más allá y hablaban de cómo los AirPods se han convertido en un instrumento mágico para crear cubículos en la oficina: allí donde no existen y es imposible aislarse físicamente, los AirPods hacen que los empleados dejen claro que no quieren ser distraídos. La práctica no es nueva y hay muchos trabajadores que ya usaban auriculares para aislarse de las distracciones y concentrarse, pero los AirPods parecen haber hecho esta práctica mucho más habitual y reconocible.
the airpods are staying IN during sex, non negotiable
— dylan xanzurlo (@DNCnzrlo) 3 de abril de 2019
the airpods stay on during sex
— andrew fletcher (@andrwfltchr) 7 de febrero de 2019
La tendencia también está llevándose a algunos extremos inquietantes, como el que plantea el uso de los AirPods mientras sus usuarios mantienen relaciones sexuales.
La búsqueda de los términos "airpods sex" en Twitter revela una larga lista de mensajes de usuarios que bromean (o quizás no) sobre el hecho de que lo de llevar los AirPods puestos (no los calcetines, no) mientras hacen el amor es algo "no negociable". Y por lo visto ocurre como cuando haces deporte: los AirPods no se caen, aseguran quienes lo han probado. Lo cual, claro, da lugar a más memes y respuestas ingeniosas.
Meme o no, los AirPods han logrado convertirse en algo que va mucho más allá de un auricular inalámbrico tradicional. Son todo un símbolo y un mensaje, y ese es un nuevo triunfo para Apple, sea premeditado o no.
Imagen | Unsplash
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