La delicada situación de Huawei ante el veto por parte del Gobierno de Donald Trump sigue dando mucho de lo que hablar. Google fue la primera en lanzar la piedra, pero otras muchas la siguieron y a pesar de que se ha abierto la puerta a una posible solución política, todo sigue en el aire.
Mientras tanto el fabricante chino ha ido moviendo ficha, y según un informe reciente parece estar avanzando en la puesta en marcha de su sistema operativo alternativo a Android, que lleva desarrollando desde hace meses. Según los últimos datos, un millón de dispositivos estarían ya funcionando con ese sistema operativo alternativo que estaría listo para ser lanzado públicamente a partir de este otoño.
La consultora Rosenblatt Securities publicaba un informe en el medio chino China Daily en el que destacaba que el fabricante ya tiene un millón de dispositivos basados en ese sistema operativo conocido como HongmengOS en China pero que en occidente hemos conocido por su sobrenombre, ArkOS.
Ese sistema podría estar listo entre este otoño y la primavera de 2020, no solo estaría orientado a móviles sino también a tabletas, televisores, automóviles y portátiles.
Otra de las partes fundamentales de esa estrategia es la de crear un fuerte ecosistema software a través de su propia tienda de aplicaciones: la firma lleva tiempo ofreciendo su AppGallery, y según XDA-Developers la firma está contactando con multitud de desarrolladores para que además de publicar sus desarrollos en Google Play lo hagan también en esa tienda que por lo visto tiene una estética y prestaciones muy similares a la tienda de aplicaciones móviles de Google.
En ese mensaje, afirmaba uno de los desarrolladores que lo había recibido, Huawei le hablaba de cómo la empresa tiene "270 millones de usuarios activos" en más de "350 millones de móviles", la mitad de los cuales se venden fuera de China.
Mientras tanto en Ars Technica trataban de explorar el alcance de esa guerra comercial y de la entrada de Huawei en la 'Entity List', la lista negra comercial que ha provocado el veto de diversas empreas norteamericanas a Huawei.
Según Kevin Wolf, autor de un boletín en el que se detallaban los efectos colaterales de ese veto, la prohibición de trabajar con Huawei no solo afecta a Android, sino incluso a su parte Open Source, AOSP. En Ars explican lo siguiente:
El Open Source, por cierto, no es una forma de esquivar la ley de exportaciones. El copyright del software open source sigue perteneciendo a alguien - Google es propietaria del copyright de Android, por ejemplo, mientras que Linus Torvalds y otros son propietarios de Linux. La ley de exportaciones de Estados Unidos sigue siendo válida en estos casos.
Otros elementos clave de la plataforma Android también están gestionados por empresas norteamericanas, y el caso más destacable es el de Java, propiedad de Oracle y que de hecho fue argumento para una disputa legal entre Google y Oracle que acabó con una sentencia favorable a la empresa de Mountain View, cuyo aprovechamiento de Java en Android se calificó de 'fair use' o uso justificado. Ese argumento probablemente no se podría aplicar en un caso como el que afecta a Huawei, que teóricamente violaría el veto al usar esta tecnología.
Las implicaciones de este escándalo son por tanto difíciles de cuantificar, pero puede que efectivamente la conferencia G20 de finales de junio en Japón sirva para calmar las aguas, sobre todo cuando hasta dentro del equipo de Trump las dudas sobre ese veto son claras.
Trump y Jinping se reunirán y puede que todo quede en nada, pero por si acaso lo que parece claro es que China prepara su reacción con su propia 'Entity List' y Huawei tampoco se está quedando de brazos cruzados y plantea esa alternativa a Android que no obstante seguiría siendo compatible con sus aplicaciones. El lío es enorme.
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