5G, IA, Internet of Things, Industria 4.0, movilidad urbana, coche autónomo... son nombres que cada vez oímos más pero que aún no podemos apreciar directamente en nuestras vidas cotidianas. Sin embargo, parece que todo esto empezará a cambiar dentro de poco. Y tarde o temprano, todo lo que esto comporta va a afectarte tarde o temprano.
Una visita al evento Connected World en Berlín, organizado por Bosch, nos ha dado la oportunidad de hablar sobre este cambio con Javier González, presidente de Bosch en España y Portugal y presidente de la Cámara de Comercio Alemana para España. Una charla distendida con él nos ha enseñado hasta qué punto va a cambiar incluso nuestra sociedad con los cambios tecnológicos que nos vienen.
En primer lugar hay que responder a la pregunta que, según el propio Javier, podemos estar haciéndonos: ¿qué puede pintar Bosch en todo esto? Pues lo cierto es que la compañía no es conocida solamente por sus electrodomésticos. En propias palabras de Javier, "Bosch es el mayor fabricante de sensores del mundo" y sus motores eléctricos están presentes en varias de esas motos eléctricas que se comparten en las grandes ciudades. Sus soluciones de Industria 4.0 ya tienen acumulados unos ingresos de 1.500 millones de euros.
Es precisamente el motivo por el que Bosch celebra anualmente el evento Connected World, centrado en la llegada del Internet de las Cosas a muchos aspectos de nuestra vida cotidiana. Empezaron en 2014 en la sala de conferencias de un hotel, con sólo 400 asistentes, y la edición de este año ha ocupado todo un recinto ferial en el centro de la capital alemana con más de 5.000 asistentes.
Javier ha hecho mucho hincapié en lo que va abrir las puertas al Internet de las Cosas: la llegada del 5G. "Es precondición para ciertos factores", afirma, poniendo como ejemplo la conducción autónoma de nivel 5 en la que será el coche el que se encargue de conducir en todas las situaciones y en cualquier condición. Puede que los niveles inferiores lleguen antes, pero "el nivel 5 no será posible a nivel técnico hasta 2024 o 2025". Según Javier es posible que un coche autónomo pueda trabajar en redes 4G (pone como ejemplo los coches autónomos de San Jose que Bosch lanza con Daimler), pero la cantidad de información que genera un coche autónomo de alto nivel requiere las redes 5G. Además, sigue, cree que en 2 o 3 años el 5G será igualmente necesario debido simplemente al crecimiento exponencial de datos que transmitimos.
A nivel regulatorio, el presidente de Bosch en España defiende una ley de ámbito europeo para las redes 5G en el continente:
"Las iniciativas nacionales se quedan cada vez más cortas, y más que lo que pueda ocurrir entre operadoras nacionales quizás hay que preguntarse acerca de si tendremos una red 5G desplegada a nivel europeo. ¿De qué me sirve tener un camión autónomo si éste necesita una red 5G y al cruzar de un país a otro me quedo sin ella porque en uno de esos países no se ha desplegado?"
En la conversación también se plantea la misma reflexión para las leyes en España. La implantación del 5G y las tecnologías que aparecen de su despliegue como la conducción autónoma se complican mucho si hay que tener en cuenta la regulación de las 17 comunidades autónomas y además las normativas específicas de las grandes ciudades como Barcelona o Madrid. A eso, Javier añade que a España le importa gestionar eso bien ya que "la industria del automóvil y sus auxiliares es la segunda en contribución al PIB".
El ejecutivo también nos plantea el despliegue de redes 5G "locales" y privadas como algo que también depende en gran medida de una legislación a nivel europeo. Este tipo de redes pueden ser muy útiles en sitios remotos, donde a las operadoras no les resulte rentable desplegar 5G y haya alguna fábrica que la necesite. "También puede sernos útil a la inversa, en ciudades donde haya mucha demanda y la infraestructura de esas operadoras no sea suficiente"
El Internet de las Cosas implica, en mayor o menor medida, la gestión de datos. Y como siempre, la privacidad sobre esos datos entra en escena. ¿De quién son todos esos datos que se recogen de la actividad de los usuarios y de los sensores? ¿Cómo se gestiona? ¿Qué ocurre con esos datos si la empresa de algún producto quiebra? La respuesta de Javier tiene forma de otra pregunta: "¿Quiénes somos nosotros para decir de quién son los datos?".
Bosch, según nos cuenta el ejecutivo, tiene una nube privada en la que gestiona sus datos desde 2016 aunque también se tiene la posibilidad de trabajar con nubes externas. La privacidad de esos datos es "una preocupación fundamental", sigue Javier, defendiendo que es el usuario el que tiene que dictar eso con los reguladores por detrás.
"El IoT no funciona sin la interacción de las personas. Muchas veces nos centramos demasiado en "las cosas" y nos olvidamos de las personas. Lo que es un hecho que va más allá del tema industrial es que la combinación de uso de datos y privacidad... el peso de eso en las personas depende mucho de la cultura en la que hayas crecido. Pero una mala gestión de los datos puede ayudar a destruir la reputación de la aplicación o servicio IoT que se quiera desplegar"
Aquí también entra en juego la IA: Javier admite que hay mucha desinformación sobre cómo ésta se utiliza hoy en día para casos como el del targeting de la publicidad online y que hay que trabajar para "humanizar" el conocimiento. De todos modos, avisa que es cuestión de cinco años todos los productos que se fabriquen lo harán a través de la IA. "Es algo inevitable", sentencia.
Naturalmente, la llegada del 5G y del coche autónomo también incidirá en la movilidad urbana. Especialmente en las grandes ciudades, donde vehículos de movilidad personal como los patinetes eléctricos son cada vez mas vistos. Javier nos da un dato: en los Estados Unidos, el paraíso del coche, la emisión de nuevas licencias de conducción han caído un 30%. Y uno de los motivos de peso, según él, no tiene que ver con los coches compartidos o la llegada de las bicicletas:
"La razón principal de esta caída es la conectividad. La gente no aguanta estar conduciendo cuatro horas sin poder estar conectado. Podemos reírnos, pero es un factor"
Hay otros motivos, por supuesto. En la charla han salido casos como el mío propio, en el que cuento que tener un coche en Barcelona es un gasto enorme y que las bicicletas eléctricas municipales son mucho más eficientes para moverse por dentro de la ciudad. Aquí Javier nos ha hablado sobre la necesidad de fomentar el uso del transporte público y de este tipo de soluciones compartidas, algo que considera muy necesario:
"Hemos avanzado mucho en movilidad compartida. Madrid, Londres, París, Berlín... todas esas ciudades tienen soluciones. Pero además de eso debe haber una regulación clara y que no cambie frecuentemente. Se habla de prohibiciones en el uso de la bicicleta o el patinete, pero además de prohibir también hay que proponer. Aportar una solución. Hay que potenciar el transporte público con medidas como la de Stuttgart, ciudad en la que el transporte público pasa a costar la mitad en días con índices altos de polución en el aire. En nuestro país esto aún no se ha hecho en serio"
Otro dato que desde Bosch añaden, sugiriendo que hay que regular también con lo que tenemos en el presente y sin necesidad de anticiparse al futuro: las emisiones de CO2 en una ciudad pueden descender bastante prohibiendo el acceso de coches con una antigüedad mayor a 13 años.
¿Y el papel de los coches autónomos en las ciudades? Su coste puede ser uno de los factores por los que se enfocará más al transporte compartido o colectivo de personas. Javier nos recuerda que un coche autónomo de nivel 4 o 5 requiere llevar unos sensores que ahora mismo son muy caros, haciendo muy difícil que los particulares se lo compren. Por eso desde Bosch las propuestas son taxis y microbuses autónomos, capaces de llevar a varias personas al mismo tiempo. La compañía también apuesta por el teletrabajo: "Esto va de mucho más que mejorar la movilidad. Se ahorran muchos atascos incentivando que una persona pueda trabajar desde casa varios días a la semana".
Otra pregunta que le hago a Javier después de hablar sobre la movilidad urbana y autónoma parte de la suposición de que todos esos vehículos van a ser eléctricos. ¿Aún hay posibilidad de que otro tipo de motores además del eléctrico (como el de hidrógeno) tuvieran cabida en el futuro de los vehículos urbanos?
El ejecutivo responde sin esconder su entusiasmo sobre el tema con una previsión: el 25% de los coches que se venderán en 2030 serán eléctricos, y eso significa que el 75% restante van a ser de otro tipo de combustión.
"Bosch se ha asociado recientemente con una empresa sueca para poder tener el 20% del mercado de pilas de combustible de hidrógeno. Hay que resolver el tema del almacenamiento de ese hidrógeno (imagina quedarte sin él en plena M-30 de Madrid), pero puede ser una tecnología alternativa. También hay que pensar en otros combustibles como el etanol, que aunque emitan CO2 lo hacen en mucha menor medida que la gasolina o el diesel.
"En Bosch tenemos la pauta de separar emociones de hechos. La pregunta de "cuándo llegaremos a ser 100% eléctricos" está muy ligada a lo emocional, y aquí insisto en repasar el hecho: si el 25% de los coches vendidos en 2030 son eléctricos, el 75% restante tendré otro tipo de motor. Imagínate todo el tiempo que puede quedar antes de que el último coche de combustión deje de circular"
Finalmente conversamos con Javier acerca de la parte más doméstica del IoT y de la IA, que ya está llegando en forma de electrodomésticos inteligentes y asociados a servicios como Bosch Connect. La tendencia, según el presidente de la compañía en España, es que vayamos hacia un modelo basado en servicios.
"En realidad tú no quieres una lavadora. Lo que quieres es ropa limpia. Tú no quieres un taladro, lo que quieres son agujeros perfectos en tu pared.". Javier nos pone dos ejemplos que ya existen: Wasbundles (suscripción a lavadora que incluye detergente y reparaciones) o Districlima (una gran caldera que da calefacción a una zona de 20.000 hogares que se suscriben a ella). Afirma que la gran ventaja es que todo está incluido, incluyendo las reparaciones. Todo se simplifica a un sólo servicio al que te suscribes. En este mismo medio hemos hablado de otras iniciativas como la de Miele.
."Poco a poco vamos al todo as a service. Las nuevas generaciones dejarán de decir 'es mi coche' o 'es mi casa'. El porcentaje del mercado de alquiler aumenta en España por un tema financiero, pero también por esta tendencia. Con este modelo distribuyes los ingresos y los gastos de forma homogénea.