El 'cuerno' se genera como refuerzo para el peso de la cabeza.Teclear en el 'smartphone' está alterando nuestro cerebro.
Los móviles podrían estar afectando a nuestra salud más de lo que pensamos, pues no solo pueden acarrear problemas de visión o falta de concentración, también pueden perjudicar a nuestros huesos.
Un estudio realizado en 2016 por la Universidad Sunshine Coast de Australia detectó el crecimiento de una especie de cuerno en la parte trasera del cráneo y, entre las posibles causas, estaría el peso al que está sometido el cuello cuando mira el móvil.
Para la investigación, el equipo científico analizó 218 radiografías de los diferentes participantes, cuyas edades iban desde los 18 a los 30 años. Los resultados determinaron que un 41% de las personas tenía esta protuberancia.
El científico David Shakar, que participó en la investigación, achaca esta deformidad al peso de la cabeza, que ronda los cuatro kilos y medio, y esto somete al cuello a una presión que se agrava con los constantes movimientos.
"En la mayoría de los casos, estos cuernos óseos miden pocos milímetros. Por otra parte, la población joven los tiene de entre 10 y 30 milímetros", aseguró Shakar.
Esta protuberancia que se genera para contrarrestar el peso se soluciona adoptando una correcta posición del cuello mientras se usa el teléfono móvil o la tableta.
"El aumento de la carga provoca la remodelación tanto del tendón como de los extremos óseos", explicó el científico.
Según el cirujano Kenneth K.Hansaj, autor de un estudio de la revista Surgical Technology International, el cuello smarthphone es otra de las consecuencias de la postura.
Cuando se baja la cabeza demasiado para mirar el móvil, se ejerce una presión de unos 20 kilos sobre la columna y la piel del cuello termina por ceder hasta rellenarse de grasa.
Tal y como dice la investigación de Hansaj, este podría ser un motivo de la aparición de la papada, aunque no es la única causa.
Pero lo cierto es que lo más correcto para evitar cualquier problema es levantar el dispositivo a la altura de los ojos, y no bajar la cabeza para mirarlo.
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