Hace unas horas Google confirmaba una noticia singular: abandona el desarrollo de tabletas basadas en Android y centra sus esfuerzos tanto en sus móviles de la familia Pixel como en sus Chromebooks basados en Android.
El anuncio parece una rendición incondicional al iPad que está viviendo una singular renovación en Apple, pero si nos fijamos un poco en el mercado vemos que esto puede no ser así. Sobre todo cuando prestamos atención a otros fabricantes de tabletas Android y a sugerentes opciones de futuro como el modo PC que comienza a ser una realidad en esta plataforma.
En 2015 Google nos sorprendía con la presentación del Pixel C, una tableta convertible que quería convertirse en alternativa a los sugerentes iPad Pro y Surface Pro de Microsoft.
Su hardware era mucho más modesto, y aunque el producto era llamativo, en diversos análisis de medios especializados se comprobó que aquello aún estaba muy verde: Android no estaba preparado para una experiencia de escritorio multitarea. Era un software de tableta queriendo hacer más de lo que podía.
Aquel fracaso no desanimó a Google, que aún así tardó en recuperar el concepto. A finales de 2018 presentaba su Pixel Slate, una apuesta más ambiciosa tanto en prestaciones como (sobre todo) en precio.
Ese producto destacaba por estar basado en Chrome OS y no en Android -aprovechaba no obstante el soporte de ejecución de apps de Android sin problemas-, pero eso no fue suficiente.
La apuesta hardware era relativamente modesta, pero su coste era difícilmente sostenible, y solo el teclado físico con trackpad imponía (e impone) un precio adicional de 199 dólares. Los análisis eran de nuevo negativos, y de nuevo estaban basados en un software que seguía sin ofrecer una experiencia de usuario lo suficientemente competitiva.
El anuncio de Google se producía primero en ComputerWorld y luego era confirmado por Rick Osterloth, responsable de la división hardware de Google.
Ni los móviles Pixel ni los portátiles tipo Pixelbook o los Chromebooks se veían afectados por la decisión, que se centraba en tabletas puras y convertibles. De hecho Google cancelaba con esta decisión sus planes para dos tabletas que tenía en desarrollo, cediendo el mercado (un poco) a los iPad que viven una segunda juventud con las nuevas ofertas y un sistema operativo que se acerca cada vez más al escritorio.
Google puede haber abandonado esa ambición hardware, pero desde luego no renuncia a ofrecer una solución software que pueda competir con la propuesta del recién anunciado iPadOS. Android puede no ser un sistema operativo ideal para tabletas, pero tiene cada vez más elementos que pueden hacerlo competitivo en este terreno.
Lo demuestra ese modo escritorio o modo PC que aún sigue oculto en el código de Android Q y del que Google parece no querer hablar demasiado. La característica, aún muy verde, es uno de los potenciales ases en la manga de Google para competir con soluciones como Samsung DeX o el modo PC de Huawei, y aunque está dirigido a móviles, también podría ser apto para tabletas.
No solo eso: Chrome OS podría también pulir sus defectos y convertirse en una propuesta interesante para esas tabletas convertibles. Quizás Google se adelantó a los acontecimientos con el Pixel Slate, pero la idea era interesante y demostraba que esta plataforma pensada para portátiles puros podía también tener sentido en convertibles.
Lo es sobre todo ahora que el soporte de aplicaciones Android en Chrome OS se va asentando y que, no lo olvidemos, es también posible instalar y ejecutar aplicaciones Linux bajo Chrome OS.
A todo ello se le suma el debate sobre ARCVM, un nuevo modelo de ejecutar aplicaciones Android en Chrome OS de forma muy similar a la que usa par alas aplicaciones Linux, a través de una máquina virtual que añadiría importantes ventajas en el ámbito de la seguridad.
Puede que el mensaje de Google transmita cierta sensación de batalla perdida frente al iPad, pero esa no es la realidad de un mercado que a pesar de lo que pueda pensarse está mucho más animado de lo que parece.
De hecho los datos de IDC recogidos por Statista (en la imagen) revelan cómo desde luego Apple es dominadora del mercado, pero no de una forma tan arrolladora como podría pensarse: su cuota supera el 25% según Strategy Analytics, pero Samsung, Huawei y sobre todo Amazon están mostrando una clara vocación por aprovechar un terreno que está lejos de estar muerto.
Amazon no compite con los iPad o con otras tabletas Android en igualdad de condiciones: va sobre todo a la gama de entrada, pero Samsung y Huawei sí llevan tiempo haciendo propuestas más ambiciosas y que precisamente pueden aprovechar tecnologías como DeX para convertir a la tableta en un equipo para producir más que para consumir.
El mercado de las tabletas no está en su mejor momento, desde luego. En el tercer trimestre de 2018 las ventas bajaron un 8,6% respecto al mismo periodo de 2017 según datos de IDC. Sin embargo, el interés por los convertibles ha renovado al sector, y a los Surface Pro y a los iPad Pro podrían sumársele productos realmente decentes de fabricantes como Samsung, Huawei u otros que aprovechen Android o Chrome OS de formas que Google no ha logrado aprovechar. Esos fabricantes no tiran la toalla, y nosotros (de momento) tampoco.
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