De los tres grandes sectores económicos, posiblemente sea el primario en el que hayamos visto menos avances y aplicaciones de la inteligencia artificial. Pese a ello, ya hay varias compañías dejando claro que creen en la posibilidad de ganar dinero revolucionando la agricultura.
En octubre, por ejemplo, la startup Iron Ox ("buey de hierro") inauguró su primera granja, en la que los robots se encontraban al frente de muchas tareas realizadas tradicionalmente por seres humanos. Ahora, 8 meses más tarde, Iron Ox anuncia que sus primeras hortalizas (lechuga, acedera y albahaca) ya están disponibles para su compra.
Sin embargo, han decidido ofrecerlos en un único punto de venta: en la sucursal de San Carlos (California) de la cadena familiar Bianchini's Market, especializada en productos locales y orgánicos. ¿La razón? Se encuentra a sólo 1 km. de la granja, lo que facilita su transporte y garantiza que el producto esté fresco... y permite rebajar algo unos precios que, sin ser desorbitados, están por encima de la media.
Pero ¿qué papel ostentan exactamente los robots en la granja de Iron Ox? ¿Cuál es su dinámica de trabajo? Gracias al uso de la tecnología (brazos robóticos, recipientes hidropónicos automatizados y hasta un porteador autónomo llamado Angus), esta granja robótica requiere mucho menos espacio que una granja tradicional (y usa un 90% menos agua que ésta).
La clave del funcionamiento de la granja reside en un sistema de cultivo hidropónico que va transfiriendo las plantas de uno a otro recipiente en función de su tasa de crecimiento, y luego va moviendo cada recipiente por el interior de la nave.
Esta aparentemente sencilla tarea (supervisada por un software llamado Brain, 'Cerebro'), queda en manos del robot rodante Angus y de brazos robóticos aún sin nombre, es la que ha concentrado la mayor parte de los esfuerzos de automatización llevados a cabo por la compañía. Y, sin embargo, a pesar de que Iron Ox habla de "granja automatizada", tienen claro que los robots aún no están listos para hacerlo todo.
Así, según reconoce el CEO de la compañía, el antiguo investigador de Google X Brandon Alexander, los humanos siguen llevando a cabo dos tareas fundamentales en la misma: el sembrado de los 'plantones' (las semillas ya germinadas) y el empaquetado del producto ya terminado.
Pero Jonathan Gill, un investigador de robótica en la Universidad Harper Adams y co-fundador del proyecto de cultivo automatizado Hands Free Hectare, afirma en The Verge que sólo un porcentaje mínimo de la industria agrícola mundial se ha automatizado hasta la fecha.
¿El motivo? Según Gill porque no es "económicamente viable":los robots no son lo bastante avanzados y el trabajo humano es más barato: "No es necesariamente el método más eficiente de producir alimentos para el mundo".
Vía | The Verge Imagen | Iron Ox
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