El escándalo que Volkswagen vivió en 2015 con el caso popularmente conocido como Dieselgate no se ha cerrado completamente: un tribunal de Düsseldorf en Alemania ha declarado que la actualización software que teóricamente corregía la manipulación de emisiones tenía a su vez integrado otro sistema de manipulación: solo funcionaba cuando la temperatura era de entre 10 y 32 ºC y cuando la altitud era inferior a 1.000 metros.
Este descubrimiento -hubo más investigaciones recientes- podría hacer que el fabricante se enfrentase a cientos de miles de demandas de propietarios de vehículos que teóricamente ya no tenían problemas tras la actualización software. La demanda proviene de un particular, pero las conclusiones plantean una investigación mucho más amplia que podría poner en problemas a Volkswagen de nuevo.
La investigación llevada a cabo por el tribunal de Düsseldorf partió de la demanda de un propietario particular, que tras comprar un VW Tiguan 2.0 TDI de segunda mano en febrero de 2016 pensando que dicho coche no estaba afectado por el Dieselgate.
Según la demanda -aquí la traducción de Google desde el documento en alemán-, su vehículo no tenía una aprobación de tipo CE válida y se queja de que ni en la información de los documentos de venta ni en las pantallas de la tienda del concesionario se informaba de que el vehículo había estado afectado por el caso Dieselgate y se había instalado el software de actualización.
El software de actualización tenía dos modos de funcionamiento: el "Modo 1" del banco de pruebas que se realizó con motivo de la demanda indicaba una "alta tasa de recirculación de gases de escape" y una emisión baja de óxidos de nitrógeno. En el "Modo 0" sí se reducía la recirculación de los gases de escape. Según la investigación, el vehículo solo funcionaba en Modo 1.
Para el demandante el concesionario le vendió un vehículo que no cumplía con la norma Euro 5 y eso llevaría a "una pérdida financiera, ya que dicho vehículo valdría menos que un vehículo que no tenga tales deficiencias".
La sentencia -abierta aún a una apelación- fue favorable al demandante y obliga a pagar a Volkswagen daños y perjuicios, pero sobre todo abre la puerta a una investigación mucho mayor que plantea efectivamente que la actualización software de Volkswagen no se activa en todo tipo de condiciones.
Según esa investigación de la corte judicial de Düsseldorf, la actualización del software que apareció tras el escándalo Dieselgate tenía como objetivo controlar de forma apropiada las emisiones de los vehículos afectados.
Sin embargo, resulta que el sistema de limpieza de gases del tubo de escape solo funciona si la temperatura ambiente está en un rango que va desde los 10 a los 32 grados centígrados. Si no se cumple esa condición el sistema de limpieza no se activa, y los vehículos con esa actualización del software siguen contaminando tanto como lo hacían anteriormente. La misma investigación indica también que ese sistema tampoco funciona cuando el coche se usa a altitudes superiores a 1.000 metros.
El problema no solo afecta a los coches fabricados por Volkswagen, sino también a los de Audi, Seat y Skoda, aunque no se sabe en qué magnitud. Por el momento la investigación solo ha sido confirmado por ese tribunal de Düsseldorf para el caso de este particular, pero se necesitará probablemente confirmación en otras investigaciones paralelas en distintos países para saber si el problema es global o localizado.
Si efectivamente se confirma que esa actualización estaba "capada" y condicionada por las temperaturas ambiente podríamos encontrarnos ante un nuevo desastre para Volkswagen, que ya en el pasado tuvo que afrontar el problema con un coste en recursos, dinero e imagen enorme. Las demandas podrían volver a ser multidinarias y podrían reactivarse procesos que habían quedado aparentemente cerrados.
nos hemos puesto en contacto con los responsables de Volkswagen en España para tratar de aclarar la situación. De momento no hemos obtenido respuesta, pero si lo hacemos actualizaremos este texto.
Más información | Wallstreet-online.de (alemán) | Sentencia 7 O 166/18 (alemán)
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