La gama media ha evolucionado mucho con el paso de los años. Lejos quedan aquellos dispositivos baratos que era imposible usar por los problemas de crasheos, cámaras nefastas y una experiencia de uso todavía peor. A día de hoy, los dispositivos de entre 200 y 300 euros son una de las opciones más interesantes para aquellos que quieren algo que, simple y llanamente, funcione bien.
Y claro, decimos "gama media" y a todos se nos vienen a la cabeza un par de marcas: Xiaomi y Huawei. Xiaomi, con sus Redmi y los modelos recortados de la familia Mi X (véanse el Mi 9T o el Mi 9 SE), y Huawei, con los modelos Lite (P30 Lite, Mate 20 Lite) y P Smart (P Smart 2019, P 2019 o P Smart Z), han conseguido configurarse como sinónimos de gama media asequibles. ¿Cómo? Metiendo lo mejor de lo mejor y estrujando los precios para dejarlos bajos. No son las únicas, ni mucho menos, pero sí las más pesadas dentro del sector.
Pero si hablamos de marcas pesadas no podemos dejar de hablar de la coreana Samsung. Aunque la firma hace mucho ruido con sus buques insignia (los Galaxy S10, S10 , S10e, Note 10 y Note 10 ), lo cierto es que también tiene terminales de gama media. Y basta con echar un vistazo al catálogo para darse cuenta de que son más caros que sus homólogos chinos. Especificaciones menos potentes, precios algo más caros... Parece una estrategia que se escapa a la lógica. O no.
Para entender la estrategia de Samsung tenemos que entender la de sus rivales directos. Sacando a Apple de la ecuación, el podio de fabricantes por envíos a nivel mundial lo ocupan Samsung, Huawei y Xiaomi. Le siguen OPPO, Vivo y, muy por debajo, Lenovo/Motorola, LG, HMD Global (Nokia) y Realme. Samsung tiene una cuota de mercado del 21,3%, Huawei del 15,8% y Xiaomi del 9%. Podríamos decir que Samsung está una posición cómoda, aunque mejor que no se despiste.
¿Qué estrategia siguen Huawei y Xiaomi en su gama media? Llevar elementos de la gama alta a los móviles económicos. Huawei, de hecho, no lo oculta. En una entrevista con Xataka, Fabio Arena, Product Manager de Huawei, decía que para competir en la gama media habían "traspasado características de la gama alta a la gama media, tales como la cámara doble, el modo retrato y el desbloqueo facial, haciendo así que el usuario no tenga que sacrificar hardware o funcionalidades por no poder permitirse un smartphone que sea más caro que un gama media".
Pero vayamos a los ejemplos, y para ello no hace falta irse demasiado lejos. Empezando con Huawei, algo que llamó la atención hace un par de años fue la inclusión de una doble cámara en los P10 y P10 Plus. El P10 Lite se quedaba con una sola lente. Un año más tarde, el P20 Lite sumaba un nuevo sensor, dos en total, al igual que su hermano mayor, el P20 Pro, que ascendía a tres sensores.
Pasa un año y ¿qué nos encontramos con los Huawei P30? Que el P30 Lite tiene el mismo número de sensores a la espalda que el P20 Pro: tres, ni más ni menos. Lo que hacía especial al gama alta del año pasado llega el modelo más básico de 2019. ¿Qué tiene el modelo Pro que lo hace especial? Un cuarto sensor. ¿Se intuye cierto patrón? Por supuesto, las calidades no son las mismas y ya sabemos que más cámaras no es siempre mejor, pero es innegable que la versatilidad de tres cámaras es mayor que la versatilidad de dos.
Y hablamos de cámaras porque es el elemento en el que Huawei ha hecho más hincapié en los últimos tiempos, pero la inteligencia artificial también nos podría valer. El Kirin 970 (chipset del P20 Pro) llegaba al mercado con una NPU (Unidad de Procesamiento Neuronal) para tareas relacionadas con la IA, y ahora raro es el gama media de la compañía que no tiene un Kirin 710, un procesador de gama media con NPU incorporada. Ahí están el P Smart Z, el P30 Lite o el Mate 20 Lite.
El caso de Xiaomi es mucho más evidente y basta con echar un vistazo al Mi 9 y al Mi A3. ¿Qué tiene el Mi 9 que hemos visto en los gama alta de casi todos los fabricantes? Una pantalla AMOLED con lector de huellas bajo el panel. ¿Qué tiene el Mi A3? Lector de huellas bajo la pantalla y panel AMOLED.
Digo más. Un elemento diferenciador de toda la gama alta es el sensor principal de 48 megapíxeles para la cámara. 48 megapíxeles, ojo, que se dice rápido. Estamos hablando de un sensor capaz de combinar cuatro píxeles en uno para conseguir mejores fotos con poca luz y más nivel de detalle. El Xiaomi Mi 9, por supuesto, tiene este sensor (un Sony IMX586) a la espalda.
¿Qué ha hecho Xiaomi para su gama media? Coger estos sensores de 48 megapíxeles y ponerlos en la parte trasera del Redmi Note 7 y del Xiaomi Mi A3. De hecho, el caso más llamativo es del Mi A3, puesto que monta el Sony IMX586, el mismo que el Mi 9. El Redmi Note 7, por su parte, tiene un ISOCELL GM1 de Samsung, que viene a funcionar más o menos igual.
¿A dónde quiero llegar? A que hay un patrón. Los gama alta de Huawei y Xiaomi estrenan tecnologías que, con el tiempo (un año, más o menos) llegan a la gama media. A eso le sumas un precio reducido y tienes todos los ingredientes para hablar de dispositivos con una excelente relación calidad/precio con los que es difícil, si no imposible, competir.
Aun así, no son las únicas empresas que, históricamente, han ganado la gama media. No podemos olvidarnos de los móviles BQ (ahora bajo la firma VSmart) y Motorola. BQ se posicionó en la gama media desde sus inicios con sus BQ Aquaris, lo que le valió para configurarse como una alternativa para todos aquellos que buscaban un terminal barato. Ahí teníamos el Aquaris 5 (199 euros de lanzamiento), que llegó al mercado el mismo año que el Galaxy S4 Mini (445 euros). Posteriormente, la empresa dio un pequeño giro y empezó a apostar por el diseño, intentando ofrecer materiales más nobles a precio comedido.
De Motorola poco se puede decir que no se sepa ya. La compañía, cual Ave Fénix, renació de sus cenizas con los Motorola Moto G y, al menos durante las primeras ediciones, fue sinónimo de móviles de gama media baratos y funcionales. Ambas empresas, al menos en España, pusieron sobre la mesa el concepto de "gama media asequible". Tanto es así que BQ llegó a vender 1,1 millones de móviles en 2017 y a tener una cuota de mercado del hasta el 10,5% en 2015. Sea como fuere, ahora han quedado relegadas a un segundo plano, dándole paso a Huawei y Xiaomi.
Y luego tenemos a Samsung, que juega en su propia liga y tiene otra estrategia: meter en la gama media algunas innovaciones que no están presentes en la gama alta. Ya sabemos que competir contra Xiaomi y Huawei en precio es chocarse contra una pared. No todas las empresas pueden permitirse obtener un 5% de beneficio por cada móvil vendido, como hace Xiaomi. ¿La solución? Ser más caros, pero diferenciarse.
El ejemplo más sencillo, más evidente y más caro es el nuevo Samsung Galaxy A80. Ninguno, absolutamente ninguno de los teléfonos que Samsung tiene en su catálogo actual, es full-screen. Los Samsung Galaxy S10 y S10 han optado por las pantallas Infinity-O (a.k.a. pantallas con agujero) y el resto de modelos de la familia Galaxy A tienen notch en forma de gota. Ninguno, salvo el Galaxy A80.
¿Y qué tiene el Samsung Galaxy A80 que no tiene ni un solo móvil de Samsung? Una cámara reversible. Sí, estamos de acuerdo en que no es rompedor ni nada nuevo, pero es único en el catálogo de Samsung. Esta cámara reversible hace que el producto se diferencie del resto de terminales con los que compite por especificaciones, que si miramos su ficha, podemos decir que es la gama media premium o gama media-alta, como más os guste.
Si nos ceñimos estrictamente a las especificaciones, el Galaxy A80 tiene 8 GB de memoria RAM, procesador Snapdragon 730, 128 GB de almacenamiento interno y Android 9 Pie. Solo hay dos dispositivos que le pueden hacer frente, uno si ponemos el filtro de que se venda en España: el Xiaomi Mi 9T con sus 6 GB de memoria RAM, Snapdragon 730, 128 GB de almacenamiento interno y Android 9 Pie. El otro es el Lenovo Z6, pero no se vende en nuestras fronteras.
Por especificaciones técnicas, solo en lo que al motor se refiere y en términos estrictamente numéricos, ambos dispositivos deberían rendir a la par. La forma más sencilla de verlo son las pruebas sintéticas o benchmarks. Es curioso, de hecho, que teniendo más GB de memoria RAM, el Galaxy A80 se queda ligeramente por debajo de su competidor más directo.
SAMSUNG GALAXY A80 | XIAOMI MI 9T | |
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ANTUTU | 206.883 | 211.901 |
GEEKBENCH | 2.514 / 6.657 | 2.545 / 6.900 |
¿Dónde está la verdadera diferencia? En el precio. El Xiaomi MI 9T de 6/128 GB cuesta 329 euros, mientras que el Galaxy A80 vale la friolera de 669 euros. Para ponerlo en contexto, el OnePlus 7 Pro de 6/128 GB vale 709 euros, 40 euros más, y tiene el procesador Snapdragon 855 y una pantalla AMOLED de 90 Hz. En otras palabras, el gama media de Samsung vale casi, casi, casi lo mismo que uno de los gama media más potentes de la actualidad y casi el doble que su rival más directo.
Puede parecer desorbitado, pero el factor forma y la innovación también tienen peso en la mente del consumidor. En un sector en el que todos los móviles parecen iguales cuando tienen la pantalla apagada, Samsung ha dado un golpe sobre la mesa y ha hecho algo completamente distinto (aunque también podría esgrimirse que su mecanismo bebe del OPPO N1).
No es el único ejemplo, ni mucho menos. En el resto del catálogo también hay innovaciones que no hemos visto en la gama alta y que han saltado directamente a la gama media. Podríamos hablar del Galaxy A70, con pantalla 20:9 y cámara delantera de 32 megapíxeles. Ninguno de los gama alta actuales tiene esos dos componentes y Samsung los aprovecha para vender una experiencia de consumo multimedia mejorada y mejores selfies (aunque ya sabemos que los megapíxeles no lo son todo).
Lo mismo podríamos decir de los Galaxy A50 y Galaxy A40, cuya cámara delantera es de 25 megapíxeles (de nuevo, de las resoluciones más altas del catálogo) y cuya trasera llega con colores holográficos que no vemos en el resto de terminales de gama alta. ¿Y dónde queda el Galaxy A9 con sus cuatro cámaras traseras, cuando el Note 9 tiene dos y el Galaxy S10 tiene tres?
Otro dato curioso del nuevo catálogo de gama media de Samsung es que ocupa todos los rangos de precios. Actualmente, la gama media que se vende en España de forma oficial consta de seis dispositivos, a cada cual más potente y más caro. Eso le permite a Samsung posicionarse como alternativa con independencia del dinero que el usuario esté dispuesto a gastar.
¿Quieres algo sencillo? Samsung Galaxy A10 por 169 euros. ¿Quieres algo un poquito más potente con lector de huellas bajo la pantalla y dos cámaras? Galaxy A20e por 199 euros. ¿Buscas mejores selfies? Galaxy A40 por 219 euros. ¿Pantalla más grande y triple cámara? Galaxy A50 por 289 euros. ¿Todavía más grande con una cámara delantera de 32 megapíxeles? Galaxy A70 por 359 euros. ¿Prefieres algo único en la gama media? Galaxy A80 por 669 euros.
Tengas el presupuesto que tengas, Samsung ha desarrollado un dispositivo para ti. Si a eso le añades que Samsung es una "marca de las de siempre", consigues crear una oferta que se adapta a cualquier consumidor que simplemente quiera un teléfono asequible, que funcione y que se adapte a su bolsillo.
Hemos llegado a un punto en que las especificaciones de la gama media se han democratizado, y es absurdo competir en ellas cuando hay dos empresas que han capitalizado el mercado. Ninguna empresa puede plantarle cara a Xiaomi o Huawei cuando hablamos de relación calidad/precio porque, simple y llanamente, tiene las de perder.
Y Amazon tiene la prueba más evidente: los 19 móviles más vendidos en España son Xiaomi. No es hasta la vigésima posición que encontramos un Samsung (el Galaxy M20, para ser exactos). ¿Qué queda, entonces, cuando sabes que en especificaciones y en precio no vas a ganar? Apostar fuerte por algo que el resto de compañías no estén haciendo: sacrificar elementos en la gama alta para llevarlos directamente a la gama media.
Hay que tener en cuenta que Samsung no compite contra Apple. Apple solo vende móviles de gama alta a precios de gama alta para meter a los usuarios en su ecosistema de servicios y hardware. La gama media no es algo que ocupe la mente de la empresa de Cupertino porque, directamente, no es su campo de juego.
Samsung compite contra Huawei y Xiaomi, y en esta batalla encarnizada, ganar la gama media es de importancia capital. Si no puede hacerlo con especificaciones, tendrá que hacerlo con otros elementos: el factor forma, el diseño, los elementos únicos que puedan resultar atractivos para el usuario (una cámara delantera de 32 megapíxeles), un teléfono de color rosa o una cámara que se gira. Exclusividad, en pocas palabras.
La gama media tiene una ventaja sobre el resto de gamas, y es que hay muchos más usuarios potenciales. De hecho, según Counterpoint Research, solo uno de cada cinco usuarios gasta más de 400 euros en un móvil. El 80% de los usuarios busca algo más barato, así que la solución es diferenciarse para que el mayor porcentaje posible de ese 80% de usuarios que buscan algo asequible se queden contigo. El precio ya lo hemos descartado, así que toca ser creativo e innovar.
Y hacia esa dirección es a la que se mueve la gama media de Samsung. Sus Galaxy S y Note siguen siendo importantes, no hay duda, pero los gama media son los teléfonos de la masa. Ganar este segmento supondrá la diferencia entre seguir manteniendo el primer puesto o ser superada por Xiaomi y Huawei, que se acercan peligrosamente por la derecha.
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